La celebración tuvo lugar en el Museo Pedro de Osma, donde se expone la colección de arte perteneciente a uno de los antepasados de Sassa de Osma. Un edificio de estilo colonial con amplios jardines y ubicado en el Distrito de Barranco, en Lima.
Hasta allí se desplazaron los familiares de los novios y sus invitados, que sustituyeron sus trajes de día por imponentes y deslumbrantes smokings y vestidos largos. El gran cambio fue el protagonizado por la propia novia, que se quitó su exclusivo diseño de Jorge Vázquez y lo reemplazó por un sencillo vestido blanco sin mangas y con una lazada en el escote trasero. La antigua tiara de los Hannover volvió esa noche al joyero y fue sustituida por unos sencillos pendientes de oro blanco con perla australiana y diamantes de la firma española Suárez.
Tamara Falcó, una de las más elegantes
Terminaron la fiesta en un cocktail informal
Los asistentes a esta fiesta de gala tuvieron que cambiarse de ropa nuevamente y por última vez para acudir a un pequeño cocktail informal. De ese modo los novios quisieron que la fiesta continuase, para lo que decidieron optar por un look más cómodo: Christian de Hannover con camisa desabotonada y americana azul marino, mientras que Alessandra de Osma eligió un vestido lencero y una tiara de flores.
En esta última fiesta estaba también el padre del novio, el Príncipe Ernesto de Hannover, gran apasionado de este tipo de celebraciones y muchos más invitados que decidieron seguir acompañando a los recién casados: Alexandra de Hannover y su novio, Kate Moss, Ernesto Augusto de Hannover, las princesas de York, Olympia de Grecia, etc.