La Familia Real de Mónaco no es como las demás. Las hay muy herméticas, como la Española, que apenas dan declaraciones más allá de en sus discursos, mientras que otras, como la Sueca sí ofrece algunas palabras a los medios en sus actos oficiales o con motivo de cumpleaños o eventos de importancia. Y luego están los Grimaldi, que dan entrevistas a diversos medios.
Charlene de Mónaco ha ofrecido una a la revista Point de Vue con motivo de sus 7 años de matrimonio con el Príncipe Alberto, que se cumplen los días 1 y 2 de julio. El primer día de julio, la pareja contrajo matrimonio por lo civil en el Palacio Grimaldi, y al día siguente se celebró su gran boda religiosa.
Jacques y Gabriella de Mónaco, unidos pero diferentes
Desde entonces, han pasado muchas cosas, y no todas ellas buenas, pero en general, la sudafricana tiene un buen motivo para sonreír, o mejor dicho, dos, sus hijos, el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella.
La Primera Dama de Mónaco es una madre feliz y entregada, pero no duda en quejarse de que a veces sus hijos dan demasiado trabajo: "Hay mañanas que duermen más de lo normal pero otras en las que se despiertan demasiado temprano. Es verdad que cuando tienen tres años y medio están llenos de vida, pero llega un punto en el que me parece que tienen demasiada energía para su edad", comenta la consorte.
La Princesa Charlene señala además que sus hijos están muy unidos y se llevan a las mil marvillas: " Son más cómplices de lo que habíamos imaginado. Son muy independientes, toman decisiones conjuntas y algunas veces se atreven a decirnos que no. Son más fuertes cuando están juntos, y debemos aceptar eso".
Por otro lado, ha comentado que el Marqués de Baux es más reservado, es una persona segura de sí misma que se niega a hacer lo que no quiere y que es un observador. En el caso de la Condesa de Carladès es valiente, atrevida y no tiene miedo a nada.