Los Príncipes Alberto y Charlene cumplieron con una antiquísima tradición que logró que se haya vuelto a ver en público a la sudafricana.
Los Príncipes Alberto y Charlene participaron en los actos conmemorativos a la fiesta de Santa Devota, patrona de Mónaco, que tiene lugar cada 26 de enero. La Princesa reapareció junto a su esposo en la quema del barco y lo hizo con un nuevo 'look', ya que se ha cortado aún más el pelo.
Charlene de Mónaco estaba radiante con un abrigo en forma de capa, pañuelo gris al cuello y botas por encima de la rodilla. Son pocas las ocasiones desde que nacieron sus mellizos Jacques y Gabriella en diciembre de 2014 en los que la Princesa participa en actos oficiales, ya que está dedicada al cuidado de sus hijos.Sin embargo, sí es fiel a la celebración de la patrona de Mónaco, una mártir Cristiana que fue asesinada y torturada por su fe en el siglo cuarto. La festividad duró todo el día 26. Por la mañana, hubo misa en la iglesia de Santa Devota y la ceremonia de la bendición del mar. Ya por la noche se produjo la quema de la simbólica barca en Port Hercule, momento en el que se vio a la pareja principesca.
Lo cierto es que la sudafricana aparece en actos relacionados con la tradición católica. Así, sus últimas apariciones fueron un posado navideño con Alberto II y los mellizos, además de una reciente visita al Papa Francisco en El Vaticano, donde como princesa soberana consorte católica pudo gozar del privilegio de blanco y vestir de este color ante el Santo Padre. Una tradicion milenaria
La quema de la barca se realiza debido a una leyenda que señala que en el siglo VI, una joven cristiana llamada Devota fue detenida y torturada en Córcega por el Gobernador, que ordenó que se quemase su cuerpo. Un grupo de cristianos se hicieron con él y lo enviaron en una barca encaminada a África. La embarcación fue guiada por una paloma y terminó en Mónaco el 26 de enero, hecho por el cual se construyó la Iglesia de Santa Devota y se celebra esta festividad.
La tradición de la barca viene de la mano de un pescador que quiso llevarse las reliquias de Santa Devota. Como castigo, el resto de pescadores quemaron su barca, y por ello los Grimaldi prenden fuego año tras año a una embarcación.