La Princesa de Mónaco y su famosa asesora fueron dos de las invitadas estrella a los Clinton Global Citizen Awards de Nueva York.
Pese a la competencia asiática, Nueva York sigue siendo la capital del Mundo, y como tal ejerce durante estos días con motivo de la celebración de la Cumbre sobre el Clima 2014 y a la apertura del Debate General del 69º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.Alrededor de estas importantes citas se han organizado otras, algunas tan prestigiosas como la Iniciativa Global Clinton, cumbre que cada año celebran Bill, Hillary y Chelsea Clinton, y que ha entregado sus galardones anuales, teniendo entre los premiados al actor Leonardo DiCaprio.
Fueron muchos los invitados, pero entre ellos destacó la presencia de la Princesa Charlene de Mónaco. La Primera Dama del Principado ha viajado a Estados Unidos para estar presente en estos importantes actos junto al Príncipe Alberto II.Charlene de Mónaco viaja con Corinna zu Sayn-Wittgenstein
Se trata del primer viaje internacional oficial de la Princesa Charlene desde que anunció que está embarazada, ya que debido a su estado de gestación anuló otras citas, algo que también ha tenido que hacer con gran pesar la Duquesa de Cambridge.
Sin embargo, parece que los últimos meses de embarazo, la Princesa de Mónaco se encuentra mejor, por lo que no dudó en cruzar el Atlántico para ejercer su cargo y de paso lucir embarazo, algo que no ha tenido la oportunidad de hacer más que en contadas ocasiones.
Para la ocasión ha portado un traje de chaqueta y pantalón en color negro y blusa blanca que dejaba ver que lleva en su vientre al futuro Heredero al Trono de Mónaco, primer hijo para ella y tercero para el Príncipe Alberto, y que será quien algún día ostente la Corona. La Princesa Charlene no estuvo junto a su marido en esta cita, que le acompañó en el acto posterior, sino que acudió con su asesora Corinna zu Sayn-Wittgenstein, cuyo nombre es muy famoso en España debido a la entrañable amistad que mantuvo durante años con el Rey Juan Carlos. Cuando se destapó su relación, la alemana huyó de nuestro país y se instaló en Mónaco, con tanta fortuna que Alberto II requirió sus servicios, y desde entonces trabaja para la Princesa Charlene, que parece estar encantada con ella.