La Princesa de Mónaco lo dio todo en un pub de Monte-Carlo en el que vio la final de la Copa Mundial de Rugby 2019.
La Princesa Charlene nunca ha sido una royal especialmente activa con su agenda institucional. Además, desde que se convirtió en madre del Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella en diciembre de 2014, su presencia pública disminuyó todavía más. Sin embargo, el deporte en todas sus formas le motiva especialmente, quizás por su pasado como nadadora.
También muestra pasión por el rugby, lo que le lleva a recordar su país de origen, Sudáfrica, donde es un deporte muy importante. Es por eso que pese a no haber acudido a la entronización de Naruhito de Japón, sí estuvo inmediatamente después en el país del sol naciente con motivo de la Copa Mundial de Rugby 2019, que se disputó en Japón.El Príncipe Alberto acudió de forma oficial, y ella y sus hijos, de manera oficiosa. Extrañó no ver a la Princesa de Mónaco acompañando a Alberto II en los actos por la subida al Trono del Emperador Naruhito, y de paso sorprendió que no se quedara a la final, que enfrentó a Inglaterra y a Sudáfrica y que acabó con la victoria de los africanos.
¿Por qué no se quedó en Japón para apoyar a su país natal hasta el final? El Príncipe Alberto vio el partido desde el Estadio Internacional de Yokohama, al igual que el Príncipe Harry y que la pareja heredera de Japón, el Príncipe Akishino y la Princesa Kiko, que ejercieron de anfitriones.
No quería pasar desapercibida
A muchos kilómetros de distancia, concretamente en Mónaco, la Princesa Charlene seguía el encuentro desde el pub Slammers, bar situado a dos pasos del Palacio Grimaldi. Un vídeo colgado en la cuenta de Instagram del club muestra a la Primera Dama la barra del bar con su hermano Gareth con motivo de la final de la Copa Mundial de Rugby.
Lejos de querer pasar desapercibida, la Princesa de Mónaco fue presentada y jaleada por los allí presentes. Ella respondió emocionada y lanzó besos a las personas que se encontraban en el bar.