Los Reyes finalizaron su primera jornada de Visita de Estado en Andorra con una cena oficial marcada por la sobriedad.
No hay Viaje de Estado que no tenga una cena oficial. Claro, que no es lo mismo visitar una pomposa monarquía como la británica que un pequeño país pirenaico, por muy principado que sea. Así, lejos de palacios, de pomba y boato y también de vestidazos y tiaras, los Reyes Felipe y Letizia finalizaron su primer día de Visita de Estado en Andorra con una cena sobria en el Andorra Park Hotel.
Don Felipe y Doña Letizia llegaron junto a sus anfitriones, los copríncipes de Andorra, o mejor dicho, por uno de ellos y por el representante del otro. El Arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, estuvo presente en la cena al igual que lo había estado horas antes en la bienvenida oficial a tan ilustres visitantes. El otro copríncipe es el Presidente de la República de Francia, que en el momento de la Visita de Estado de los Reyes era Emmanuel Macron. Sin embargo, no estuvo presente, acudiendo en su lugar Patrick Strzoda, que actúa como representante del Jefe del Estado galo en el Principado de Andorra desde 2017. Igualmente Strzoda había recibido a los Reyes junto a Joan-Enric Vives. A su llegada se pudo ver el look elegido por la Reina. Nada de grandes vestidos de gala, pero sí mucha elegancia. Para esta cena, Doña Letizia sacó del armario un dos piezas de The 2nd Skin que había estrenado en el concierto de los Premios Princesa de Asturias 2019. Se trata de una apuesta ganadora que destaca por el top con plumas, así como por el lazo negro a modo de cinturón. Sin duda, todo un acierto.
Durante los saludos a los invitados, que tampoco fueron tantos teniendo en cuenta la situación, Don Felipe volvió a utilizar su forma de saludo llevándose la mano al corazón, lo que ha gustado tanto a la Princesa Leonor que siguió el modelo de su padre en su primer acto oficial en solitario, que había tenido lugar el día anterior a esta cena en la sede del Instituto Cervantes en Madrid. La Reina optó por una inclinación de cabeza en esta cena marcada por la seriedad.Dos discursos, dos idiomas
Hubo una interpretación de los Himnos de España y Andorra, realizada en directo con violín y chelo, para después tener lugar una intervención del arzobispo 'Ad Personam' de Urgell previa al discurso del Rey. Felipe VI, que utilizó el catalán, lengua oficial de Andorra, para después proseguir en castellano.
Agradeció la invitación, destacando lo honrado que se sentía por ser el primer Rey de España que visita oficialmente Andorra, "el país situado en el corazón de nuestro querido y compartido Pirineo". Manifestó la cooperación y buenas relaciones entre ambas naciones, lamentó los estragos de la pandemia, recordó la importancia de la lucha contra el cambio climático y alzó su copa por los copríncipes, "por las mejores relaciones entre España y Andorra, por la amistad entre nuestros pueblos y por un futuro compartido de progreso y prosperidad para nuestras dos naciones". Por supuesto, la Reina, que no toma alcohol, brindó, pero no bebió.