La celebración encubierta de Federico y Mary de Dinamarca en el 50 cumpleaños del Príncipe

La Reina Margarita de Dinamarca lo supervisó absolutamente todo para que no hubiera posibilidad de fallo en los diferentes actos que se celebraron en Copenhague con motivo del 50 cumpleaños de su hijo el Príncipe Federico el 26 de mayo. Un fin de semana perfecto en el que el heredero al trono sintió el cariño de su pueblo, que ya le considera totalmente preparado para tomar el relevo de su madre.

Federico de Dinamarca saluda por su 50 cumplaños con su mujer Mary de Dinamarca

Pero lo que nadie sabía hasta ahora es que detrás de todas esas celebraciones protocolarias había una celebración encubierta preciosa. Según la revista New Idea, hace ya algún tiempo que los Príncipes Federico y Mary están pensando en renovar sus votos matrimoniales para que sus cuatro hijos también puedan formar parte de esa fiesta del amor.

De ahí que pensasen que podrían tratar ese cumpleaños público del Príncipe en el Palacio Christiansborg como un segundo banquete de bodas. Así, mientras todos los invitados -entre los que no se encontraban los Reyes Felipe y Letizia, que evitaron el encontronazo con Marie Chantal después de sus palabras en defensa de la Reina Letizia tras la 'polémica de Reinas'- se quedaban maravillados por las preciosas palabras que la Princesa Mary le dedicaba a su marido, ellos sabían lo que realmente implicaba ese discurso.

Federico de Dinamarca recorriendo las calles de Copenhague en calesa con la Princesa Mary

Preparan un viaje privado de celebración

"Nos atrevimos a peder parte de nuestro corazón para dárselo al otro. Se necesita coraje para atraverse a hacer, pero sin ese atrevimiento nos hubieramos perdido todo esto. Estoy feliz por habernos atreviso a enamorarnos, no un instante, toda la vida", fueron algunas de las palabras que la Princesa Mary le dedicó a su marido durante un discurso que para ellos ha sido como un segundo 'sí, quiero'. Es más, la citada fuente también comenta que los Príncipes tienen previsto celebrar esa segunda boda de forma más familiar durante unas vacaciones privadas en los próximos meses.