El Duque de Arjona revela en su libro de memorias su romance fallido con la hija del Rey Juan Carlos.
Cayetano Martínez de Irujo es uno de los miembros más mediáticos de la Casa de Alba. En ocasiones ha querido alejarse, pero hablar le ha ayudado también a desahogarse. Cuando parecía que no tenía nada más que contar, el Duque de Arjona ha sorprendido con su autobiografía, 'De Cayetana a Cayetano', donde de forma valiente narra una vida que no siempre fue fácil.
El Conde de Salvatierra lo pasó muy mal por la muerte de su padre, la fría relación que tuvo con la Duquesa de Alba durante su infancia y adolescencia, por el maltrato de algunas niñeras y por su terrible relación con su padrastro, Jesús Aguirre. El jinete entró en una espiral de autodestrucción que le llevó a salir de fiesta sin control y a coquetear con las drogas. También vivió unos años de desenfreno sexual en los que no quería no podía comprometerse con nadie, sin embargo, durante su juventud mantuvo una relación sentimental que de haber llegado a buen puerto hubiera sido toda una revolución.Se trata del noviazgo que mantuvo con la Infanta Elena, del que ha hablado en su libro y para XL Semanal. En su momento, alguien de su aristocrática familia le comentó que tenía que acercase a la hija del Rey Juan Carlos "por puro patriotismo y por responsabilidad histórica". Hasta ese momento solo tenía pretendientes que no estaban a la altura y Doña Elena necesitaba a alguien fuerte a su lado.
El Duque de Arjona califica a la Duquesa de Lugo como "una persona superentrañable y supertodo", y decidió acercarse a ella, también animado por tener la misma edad y pasión por los caballos. La relación fue una gran alegría para la Duquesa de Alba, que estaba encantada de que los Alba, leales desde hace siglos a la Corona, por fin emparentaran con la Familia Real: "Era la ilusión de su vida; todo el mundo estaba encantado, menos la Nana, que me conocía bien".Tres meses de relación
La Reina Sofía le recibía en La Zarzuela con cariño y el Rey Juan Carlos le dijo en un acto a Doña Cayetana que iban a ser familia. Esta frase se publicó y Cayetano Martínez de Irujo se asustó. Además, su Nana le dijo que él no había nacido para estar de segundón, algo que le hubiera tocado por partida doble: primero por casarse con una Infanta de España, y por tanto por estar a su sombra, y después por ser un miembro menor de la realeza en comparación a Don Felipe y su descendencia.
Por todo ello, por su situación personal, por el agobio que sentía y porque no quería salir de su celda para meterse en otra peor, se cortó esa relación que duró tres meses y que truncó los deseos de la Duquesa de Alba de ser consuegra del Rey Juan Carlos y compartir con él nietos de sangre real y aristocrática.