La Monarca concedió a su hijo favorito la posibilidad de señalar en su comunicado de renuncia que había sido él el que había dado el paso de apartarse, algo que se ha demostrado que no fue cierto, como tampoco que la Reina Isabel había dado su aprobación a la entrevista. El Príncipe Andrés le dijo que quería enfrentarse al escándalo, pero no entró en detalles. Quizás si lo hubiera hecho, la Reina hubiera impedido tan lamentable espectáculo.
Quizás por ello ha querido enmendarse cancelando la celebración del 60 cumpleaños del Duque de York. Nacido el 19 de febrero de 1960, la Familia Real Británica se preparaba para festejar por todo lo alto tan importante efeméride, pero ahora ya no será así. En su lugar, The Sunday Times ha desvelado que la Monarca está organizando una pequeña cena familiar. Nadie entendería grandes fastos para homenajear al hombre que ha puesto a la Monarquía al borde del precipicio.
La dureza del Príncipe Carlos
Quien probablemente no acuda a la pequeña celebración es el Príncipe Carlos. Su relación con su hermano siempre ha sido tirante, y ahora es todavía peor. El Príncipe de Gales lleva siendo sucesor desde que tiene uso de razón, y ahora que la Reina se encuentra en sus últimos años, el escándalo Epstein está dañando profundamente la Monarquía y puede comprometer el reinado de Carlos.
Así, el Príncipe Carlos tiene claro que el Duque de York jamás volverá a representar a la Corona y que debe permanecer lo más alejado posible. A la Reina le duele apartar a su hijo favorito, pero al Príncipe de Gales no le tiembla el pulso y no lo hará. Así, aunque el Príncipe Andrés espera limpiar su nombre y volver a sus obligaciones. Su hermano y su futuro Rey se va a encargar de que esto no ocurra. Carlos va a ser implacable porque está en juego la Corona que tantos años lleva esperando, y con eso no se juega.