Parece que no solo el mundo de la moda aún sigue llorando la muerte de Karl Lagerfeld, el conocido como el káiser de la moda después de haber sido el diseñador estrella de Chanel. Fue el pasado 19 de febrero cuando su luz se apagaba después de 85 años de vida y muchas creaciones que ha dejado en este mundo dejando una huella increíble.
Las redes sociales rápidamente se llenaban de mensajes de despedida y el pasado viernes 22 de febrero tenía lugar una multitudinaria despedida a la que no faltaron muchos rostros de la industria de la moda como Bernard Arnault, Anne Wintour o Inés de la Fressange. Tampoco han faltado muchos otros rostros de la política, el espectáculo o incluso de la realeza, como ha pasado con Carolina de Mónaco y sus dos hijos Carlota y Andrea Casiraghi.
La Princesa Carolina de Mónaco en el funeral de Karl LagerfeldLa familia Grimaldi ha estado presente y es que los tres se dejaban ver en el funeral vestidos de riguroso negro en el último homenaje al modisto que tuvo lugar en el crematorio de Mont-Valerien, en Nanterre. La ceremonia fue breve y muy íntima por expresa petición del diseñador, al que no le gustaban los funerales.
La amistad por encima de la moda
La presencia de la Familia Real de Mónaco no ha sido una sorpresa teniendo en cuenta que tenía muy buena relación con ellos e incluso se encargó de rubricar algunas de las creaciones más icónicas de los Grimaldi, como el traje azul que llevó Charlene de Mónaco durante su boda civil con el Príncipe Alberto. Para más inri, Carolina de Mónaco fue una de las musas del diseñador, siendo una embajadora más de su estilo durante más de tres décadas. Más allá de todo lo relacionado con el mundo de la moda, les unía una muy buena amistad.
