Cuando Iñaki Urdangarín aterrizó en Mallorca para pasar el verano junto a la Infanta Cristina, sus hijos y el resto de la Familia Real, poco podía imaginar que aquel sería su último verano de tranquilidad antes de que estallase la tormenta. Durante su estancia en la isla se pudo ver al Duque de Palma disfrutando de los regatas y participando en los actos oficiales como miembro de la Familia Real.
El 9 de noviembre marcó un antes y un después, pues fue el día en el que comenzó a señalarse con el dedo a Iñaki Urdangarín después de que la Fiscalía Anticorrupción de Illes Balears atribuyera al Duque de Palma una trama que buscaba apoderarse de fondos públicos del Gobierno balear. Ese mismo día se producía la primera reacción de Casa Real, que señalaba que respetaba las decisiones judiciales. Además, tan solo dos días después de que saltaran las primeras informaciones, Casa del Rey ponía tierra de por medio con respecto a la defensa de Iñaki Urdangarín y señalaba que en caso de ser llamado por la Justicia debería hacerle frente como un ciudadano más.
Casa Real aparta al Duque de Palma por su comportamiento "no ejemplar"
Diciembre seguía avanzando y la Institución y el nombre de Iñaki Urdangarín seguían entrelazados pues el viernes 16, Zarzuela envió las tradicionales postales de Navidad en la que el Duque de Palma aparecía junto a la Infanta Cristina y sus cuatros hijos. En relación a las fiestas navideñas, se conoció también que los Urdangarín de Borbón no regresarían a España para celebrar la Nochebuena por mandato del Conde de Fontao, asesor jurídico del Rey y la misma persona que medió para que Don Iñaki dejara Nóos en 2006; así, el Duque de Palma fue fichado por Telefónica por intervención del Rey y en 2009 tuvo que poner rumbo a Washington.
La relación entre Casa Real e Iñaki Urdangarín continuó con el tradicional discurso de Nochebuena en el que el Rey señaló que "la justicia es igual para todos", además de señalar la importancia de tener "un comportamiento ejemplar", lo que inmediatamente fue visto por la opinión pública como una referencia a su yerno. Sin embargo, el Rey lamentó que sus palabras se hubieran personalizado en la figura de Iñaki Urdangarín.
Diciembre avanzaba, pero lo peor estaba aún por llegar. El día 28 Casa Real daba a conocer su presupuesto desglosado por primera vez en tres décadas, tal y como se había anunciado durante la reunión con la prensa que mantuvo el jefe de la Casa del Rey en la que calificó el comportamiento de Iñaki Urdangarín de "no ejemplar". Un día después el juez José Castro imputaba al Duque de Palma por los delitos de malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental y prevaricación.
Zarzuela acoge a los Duques de Palma antes de la declaración
Ya en 2012, el Rey volvió a hablar de la "ejemplaridad" en el discurso que ofreció en la Pascua Militar, acontecimiento ocurrido 6 días después del fin de año, una noche que la Reina Sofía pasó sola y triste entre las tensiones que el 'Caso Urdangarín' ha provocado en el seno de la Familia Real. Poco después, el escándalo llegó al Congreso, pues ERC planteó 100 preguntas al Gobierno sobre la Familia Real, de las cuales la Mesa del Congreso rechazó 37, mientras que el Ejecutivo de Mariano Rajoy tendría que contestar por escrito 63.
A medida que han ido pasando las semanas hasta la llegada de la declaración de Iñaki Urdangarín este sábado 25 de febrero la Infanta Cristina ha estado en el candelero por una presunta implicación en los negocios de su marido que finalmente se ha rechazado investigar porque ni hay pruebas de ello, ni existe ningún testigo que apunte en esa dirección. Asimismo, la Infanta, que sufrió por el discurso del Rey de Nochebuena, llegó a España para cumplir con sus compromisos profesionales y con la complicidad de la Reina pernoctó en Zarzuela, donde se entrevistó con Don Juan Carlos en un encuentro frío y tenso en el que Doña Cristina pidió apoyo.
La Infanta Cristina regresó a Washington desde Madrid y fue Urdangarín quien este martes 21 de febrero aterrizaba en Barajas para preparar su declaración. 24 horas más tarde llegaba Doña Cristina, quien se ha alojado durante estos días en el ala de invitados del Palacio de la Zarzuela junto a su esposo en lo que parece un símbolo de acercamiento entre los Duques de Palma y una Casa Real que ha intentado desvincularse todo lo que ha podido del mayor escándalo de su historia y que finalmente se ha mostrado más indulgente -pese al enfado del Rey y del Príncipe- con el que un día fue calificado como el yerno perfecto y que ahora se enfrenta al peor momento de su vida mientras intenta no arrastrar en su caída a la Institución que algún día regirá el Príncipe Felipe.