En un primer momento, la Soberana no estaba dispuesta a que la Princesa Diana fuera despedida con un funeral real ni que el estandarte real ondeara a media asta en el Palacio de Buckingham. Mientras que millones de muestras de cariño del pueblo británico en forma de flores o velas inundaban las inmediaciones de la residencia oficial de la Monarca en Londres, su Ãndice de popularidad iba disminuyendo al mismo ritmo. El propio Tony Blair llegó a intervenir en el asunto y, finalmente, Isabel II dio su brazo a torcer, salvando a la MonarquÃa británica de su propio final, ya que 7 de cada 10 británicos llegaron a exigir la abdicación de la Reina.
Isabel II regresó de sus vacaciones en Escocia tras conocer los datos que atestiguaban que su corona se tambaleaba y, completamente enlutada, paseó por los alrededores de Buckingham Palace para contemplar las muestra de cariño del pueblo hacia su querida princesa. Además, el emblema real ondeó a media hasta y también ofreció un histórico discurso a la nación en la, por primera vez, se vio a una Reina luchar por su trono después de ceder a las demandas de sus súbditos. Todos estos gestos, y otros más, sirvieron de aprendizaje a la Casa Real británica, ya que se han visto reflejados en los actos de despedida en honor de la propia Isabel II, reformulando sobre la marcha la 'Operación Puente de Londres' para mostrar mayor cercanÃa con la ciudadanÃa, la misma que 25 años antes se vieron obligados a mostrar para salvar su MonarquÃa.
Paseos públicos para contemplar los homenajes
La familia camina detrás del féretro
La caÃda de popularidad de Isabel II tras la frialdad mostrada ante la muerte de la Princesa Diana obligó a la Casa Real a tomar decisiones que hasta entonces eran inimaginables. Los prÃncipes Guillermo y Harry, que en aquel momento tenÃan 15 y 13 años, respectivamente, tuvieron que caminar detrás del féretro de su madre por las calles de Londres, acompañados de su padre y su tÃo Charles Spencer bajo la atenta mirada de todos los ciudadanos que habÃan salido a despedirla. Aunque esto aumentó la cercanÃa con el pueblo, ya que la realeza se estaba mostrando igual de apenada que cualquier persona ante la pérdida de un familiar, para los hijos de Lady Di fue el peor momento de sus vidas.
Nuevamente, la Casa Real británica ha repetido una de las estrategias de 1997 cuando falleció la 'princesa del pueblo' y diversos miembros de la realeza han caminado también detrás del féretro de la Reina Isabel II en los diversos traslados que ha protagonizado. En Edimburgo, durante la procesión desde el Palacio de Holyrood hasta la Catedral de St Giles, el Rey Carlos III y sus tres hermanos fueron andando detrás del coche fúnebre. Por su parte, en Londres, cuando se trasladó desde el Palacio de Buckingham hasta el Gran Salón del Palacio de Westminster, se les vio nuevamente detrás de ataúd, aunque estaban acompañados también de Guillermo de Gales y el PrÃncipe Harry. En ese momento, la opinión pública no pudo evitar hacer comparaciones respecto de las imágenes de hace 25 años.
El PrÃncipe Guillermo de Gales conversó con una mujer que permanecÃa a las puertas de Sandringham, hasta donde se desplazó con Kate Middleton para contemplar los homenajes populares dedicados a Isabel II en forma de flores o peluches, y le confesó que todas estas muestras de cariño le recordaban a la muerte de su madre. "El estar caminando detrás del ataúd fue muy difÃcil porque me trajo a la mente muchos recuerdos", comentó el sucesor de Carlos III, demostrando con ello que esa decisión de la Casa Real británica estaba influida por la misma que adoptaron en septiembre de 1997 en el funeral de Lady Di, ya que hasta su propio hijo mayor se ha percatado de ello.
Reverencias como gesto de reconocimiento
A pesar de que la Reina Isabel II ya habÃa dado grandes pasos para que su Ãndice de popularidad se recuperase después de haberse mostrado tan frÃa después de la muerte de la Princesa Diana, no era suficiente. Mientras que el féretro pasaba por delante del Palacio de Buckingham, la Soberana realizó el gesto definitivo que le reconcilió con la ciudadanÃa británica: hizo una reverencia a los restos mortales de Lady Di inclinando la cabeza, como gesto de reconocimiento a la que habÃa sido elevada a la categorÃa de 'princesa del pueblo'. Sin duda, esta es una de las decisiones más importantes en la vida de Isabel II, ya que salvó a su MonarquÃa del desastre más absoluto que podrÃa haber experimentado en las últimas décadas.
25 años después de aquel histórico momento en el que la Reina dejó a un lado su orgullo e inclinó la cabeza ante la fallecida Lady Di, se han vuelto a ver imágenes similares en los actos de despedida de la Soberana. La primera de ellas tuvo lugar cuando la Princesa Ana realizó una perfecta genuflexión ante el féretro de su madre en el momento en el que iba a ser introducido en el Palacio de Holyrood, en Edimburgo, mientras que sus otros dos hermanos, los prÃncipes Andrés y Eduardo, no hicieron ningún tipo de reverencia. En un segundo plano, se pudo ver también a Sophie, Condesa de Wessex, inclinarse también al paso del ataúd, aunque de forma más discreta que su cuñada.
El mismo asombró se vivió cuando Meghan Markle, esposa del PrÃncipe Harry, realizó el mismo gesto ante los restos mortales de la Reina en el Gran Salón del Palacio de Westminster, el espacio escogido por la Casa Real para el velatorio público de cuatro dÃas en el que sus súbditos pudieron despedirse de ella de forma ininterrumpida. En ambos casos, tanto la Duquesa de Sussex como la Princesa Ana lograron los aplausos de la opinión pública, de la misma forma que se los ganó hace un cuarto de siglo la Reina ante la que ahora se inclinaban en señal de respeto.