Esta carta, escrita por la propia Lady Di en 1995 y entregada a su mayordomo Paul Burrel, le fue leída íntegramente a Príncipe Carlos en su interrogatorio hasta ahora desconocido en el Palacio de St. Jamen el 6 de diciembre de 2005 a las 17:45 de la tarde. Por aquel entonces, la carta se había hecho ya pública dos años atrás y ocho después de que Burrel se topase con ella. El hecho de que esta transcendiese públicamente no hizo más que alimentar los rumores de un posible asesinato de la Princesa Diana de Gales, alentado también por la propia familia Al-Fayed, quienes acusaron también de los mismo públicamente a la Familia Real Británica.
El Duque de Edimburgo se negó a declarar
"Aunque había acusaciones contra el Príncipe de Gales y otros miembros, teníamos que encontrar o examinar las pruebas antes de interrogarles", aseguró John Stevens, ex Director de la Policía Metropolitana de Londres que llevó el caso por aquel entonces. Además, al tratarse de miembros de la Familia Real Británica, todos tenían muy claro que nunca formaría parte de la investigación como sospechosos sino que tendrían que tendrían que hacerlo de forma voluntaria. Y así fue. El hijo de la Reina Isabel II negó conocer los motivos y las razones que llevaron a Lady Di a escribir esas palabras y, además, "al final de día se mostró muy cooperativo porque no tenía nada que ocultar", aseguró el ex Policía.
Este interrogatorio, del que solo el secretario privado del Príncipe Carlos y el investigador principal del caso Dave Douglas tenían constancia, no salió a la luz hasta esta investigación llevada a cabo por el medio Daily Mail con motivo del que sería el 60 cumpleaños de la Princesa Diana de Gales. En cuanto a su declaración firmada, esta forma parte de los Archivos Nacionales de Kew y no podrá ver la luz hasta el año 2038.
Pero el Príncipe Carlos no fue el único de la familia que se señaló como sospechoso de la muerte de la Diana de Gales. También el Duque de Edimburgo fue señalado por la familia Al-Fayed como mano ejecutora del aquel terrible accidente. En cambio, a diferencia de su hijo, el marido de la Reina Isabel II declinó al invitación a declarar de forma voluntaria con un simple "no, gracias".