La Princesa de Hannover ha recordado que en los malos momentos la prensa fue un gran incordio, pero que con el paso del tiempo ha relativizado su dolor.
Carolina de Mónaco tan solo fue princesa heredera de Mónaco durante 14 meses escasos, desde su nacimiento al de su hermano, el actual Príncipe Soberano. Sin embargo, ella ha sido la reina indiscutible del glamour y la elegancia durante décadas entre la realeza europea. Su belleza, su posición y su azarosa vida sentimental le han convertido en objetivo de la prensa, algo que le amargó la existencia durante años y que ahora recuerda en una sorprendente entrevista para VOGUE Francia.
La Princesa de Hannover ha recordado lo mal que lo pasó en momentos como su divorcio de Philippe Junot o la trágica muerte de Stefano Casiraghi, padre de sus tres hijos mayores y el gran amor de su vida. Al dolor por las pérdidas se unió el acoso mediático, algo que le hizo sufrir todavía más.Con el paso del tiempo, todo se ha atemperado, y por eso ha realizado estas declaraciones: "En aquella época, las historias que circulaban eran mucho más denigrantes y nada amables. De hecho, desde la edad de 14 años hasta los 30, o quizás incluso hasta un poco más tarde, estaba completamente convencida de que todo el mundo me detestaba. Y me decía a mí misma: 'Si tanto me odian, que me dejen en paz de una vez. Si solo van a decir cosas horribles o crueles sobre mí, que me dejen tranquila. ¡No le he pedido nada a nadie!'. Reconozco que podía llegar a ser bastante agresiva, pero ahora esa etapa se ha convertido en un vago recuerdo. No hace falta recrearse en ese tipo de cosas".
Más calmada
Por otro lado, recuerda que en los últimos años su visibilidad se ha reducido y le dejan más en paz. Perdió su papel de Primera Dama de Mónaco en 2011 al contraer matrimonio el Príncipe Alberto con Charlene Wittstock. A ello se ha sumado el interés que despiertan sus hijos Casiraghi, que son ahora quienes se llevan toda la atención: "Ahora me dejan tranquila. Bueno, de vez en cuando pueden hacer algún comentario, pero no pasa nada. La clave es no leer nunca una revista donde se hable de ti. Aunque se esté preparado para lidiar con ello, nunca resulta agradable".
Por otro lado, reconoce que ella ha intentado ser siempre discreta y no hablar más de la cuenta, lo que no ha evitado que siempre se hayan dicho muchas cosas de ella, algunas reales y otras no: "¿Qué quiere que le diga? Ya hay suficientes personas que hablan de más, que nunca se callan, así que es agradable que otros optemos por guardar silencio, ¿verdad?".