Carlota Casiraghi ha demostrado siempre, desde que era muy pequeña, su gran pasión por los caballos. Subida a lomos de uno de sus animales favoritos, la hija de Carolina de Mónaco no ha parado en ningún momento de exhibir su destreza en innumerables campeonatos de hípica. Pero esta vez, el motivo por el cual esta [i/]https://www.bekia.es/celebrities/carlota-casiraghi/[i]joven madre[/i] de 28 años presenciaba un torneo como éste era totalmente diferente al que estamos acostumbrado a ver.
Su ausencia en la edición pasada impidió a la segunda hija del difunto Stéfano Casiraghi demostrar su capacidad imaginativa, en lo referente a la vestimenta. Es por este motivo por el que Casiraghi ha decidio tirar la casa por la ventana este año en y optar por un look que contrastaba muchísimo con el que normalmente nos deleita.
En un entorno familiar
Eso sí, no faltó ni el más mínimo detalle en su disfraz. Gorra rapera, pantalones de cintura baja con un cinturón ancho rojo, un 'crop top' en amarillo fluorescente, una sudadera azul bajo otra de color plata y brillante, un peinado de trenzas, un marcado delineado en los ojos y unos grandes auriculares. La jineta Edwina Alexander fue la encargada de acompañar una vez más a Casiraghi en su equipo 'Gucci', ambas acostumbradas a hacerse con el premio de la 'Style & Competition'.
Pareja de Gad Elmaleh, padre del pequeño Raphaël, quien cumplirá su primer año el próximo 17 de diciembre, Carlota Casiraghi disfrutó de un agrable día entre caballos rodeada también de los suyos. Su madre, la Princesa Carolina de Mónaco tampoco podía faltar a este torneo, siendo una de las piezas claves en el objetivo de tal acontecimiento.
Y es que, los beneficios recaudados durante este día están destinados a la Fundación AMADE -Asociación Mundial de Amigos de la Infancia-, que fue creada hace más de cincuenta años por la Princesa Gracia y la cual se encarga de ayudar a los niños más necesitados. Figurando como presidenta desde 1993, Carolina de Mónaco posó junto a su hija, su compañera de equipo y el premio donativo. Una noche en la que la ilusión y la diversión se fundían en un memorable acontecimiento.