Charlene Wittstock nunca ha estado cómoda dentro del papel que eligió tomar cuando se comprometió y después se casó con Alberto de Mónaco. La Princesa de Mónaco no es la Primera Dama que se esperaba, o al menos está lejos de parecerse a Grace Kelly. De todos modos, ella ha tomado su propio camino y se ha adaptado como ha podido al Palacio Grimaldi.
A lo que se ha adaptado menos es a su familia política. Alberto de Mónaco adora a sus siete sobrinos, los cuatro hijos de la Princesa de Hannover y los tres de la Princesa Estefanía. Siente debilidad por todos ellos, y aunque no forman parte de la Familia Principesca y ninguno de ellos tiene título real, a excepción de la Princesa Alexandra, que lleva la dignidad heredada de su padre, sí les tiene en cuenta para determinados actos oficiales y sociales.
No es extraño que les haya abierto el Palacio Grimaldi para sus bodas. Lo hizo con los tres hijos mayores de la Princesa Carolina cuando se casaron por lo civil, aunque Louis Ducruet, primogénito de Estefanía de Mónaco, y Marie Chevallier, se unieron legalmente en el Ayuntamiento monegasco. Alberto II está muy unido a todos ellos, pero ese cariño no parece haberse extendido demasiado a la Princesa Charlene.
Al menos eso parece viendo sus ausencias en las bodas de sus sobrinos políticos. Si bien es cierto que acudió al enlace civil de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, festejado el 31 de agosto de 2013 en el Palacio Grimaldi, causó baja en la ceremonia religiosa, acaecida en Gstaad (Suiza) cinco meses más tarde.
Mayor desplante hubo para Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, que no contaron con Charlene de Mónaco ni en su boda civil, celebrada también en el Palacio Grimaldi el 25 de julio de 2015, ni en la religiosa, que tuvo lugar en las islas Borromeas el 1 de agosto de 2015.
2019 ha sido un año de bodas para los Grimaldi. El 26 y 27 de julio se casaron Louis Ducruet y Marie Chevallier, primero por lo civil y al día siguiente por la Iglesia. Charlene de Mónaco sí estuvo en el primer enlace, aunque esa noche fue con el Príncipe Alberto al Baile de la Cruz Roja, por lo que hubiera tenido excusa, pero todo apunta a que no fue a la boda religiosa.
El hijo y la nuera de la Princesa Estefanía contrajeron matrimonio en la Catedral de Mónaco, el mismo lugar en el que lo hicieron los Príncipes Rainiero y Grace en 1956. Una de las pocas imágenes que se han distribuido fue una foto con numerosos familiares de ambos contrayentes. Allí estaban los Ducruet, los Casiraghi y demás parientes, pero ni rastro de la Princesa Charlene. ¿Estuvo en la fiesta posterior? ¿Por qué no fue a la misa y posó para la imagen sabiendo que no se iban a ver más fotos y que por tanto iba a haber habladurías?
Así, parece que su sobrina favorita es Carlota Casiraghi, el ojito derecho de Alberto de Mónaco. ¿Por qué? No es que haya muchas fotos de ellas compartiendo espacio público más allá de en el Día Nacional, pero al menos la Primera Dama de Mónaco se tomó la molestia de asistir a su boda civil.El 1 de junio de 2019, Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam se casaron por lo civil en el Palacio Grimaldi, donde además hubo una gran fiesta celebrada en los jardines y la piscina de la residencia del Príncipe de Mónaco. Además, hubo una recepción en la casa que Karl Lagerfeld poseía en la frontera entre La Roca y Francia, una gran fiesta que no se perdieron los Grimaldi, entre ellos, la Princesa Charlene, a quien se vio junto a Carolina de Mónaco, con la que se dice que tiene una relación complicada. Así, después de tanto desplante, quizás sea Carlota Casiraghi su sobrina favorita. De todos modos, lo aconsejable sería que acudiera a todas las bodas de todos sus sobrinos, se lleve mejor o peor con ellos. Ya se sabe que en las Casas Reales, la imagen lo es todo.