Carlota Casiraghi ha sido galardonada con el Premio al Personaje del Año 2023 por la revista Vanity Fair, y ha sido la ciudad de Sevilla la que ha tenido el placer de acoger este evento tan especial. La Princesa e hija de Carolina de Mónaco ha llegado a la ciudad hispalense con la mejor de sus sonrisas, entusiasmada por formar parte de este encuentro.
La razón por la que ha sido premiada no es una, sino que hay varias, y desde la revista han apuntado a su incansable compromiso social, su pasión por la literatura y su espíritu democratizador en relación a la cultura, el feminismo y la moda. "Necesito un momento para observar las arcadas, este un lugar fantástico ", decía a sus acompañantes al aparecer en el Alcázar de Sevilla.
Entre los asistentes de la noche se encontraban el periodista y escritor Boris Izaguirre y su marido, Rubén Nogueira, o las modelos Adriana Abascal y Nieves Álvarez acompañada de su pareja con la que ha posado en el photocall, la escritora Virginia Feito, el periodista Javier Aznar, el compositor Lucas Vidal, la empresaria Eugenia Ortiz Domecq o la tenista Garbiñe Muguruza, que fue Premio Personaje del Año 2017.
Una de las personas que se ha pronunciado en la cena de gala ha sido Alberto Moreno, Head of Editorial Content de Vanity Fair España, y poco después lo ha hecho la galardonada de la noche, que no ha dudado en mostrarse agradecida: "Es un gran honor para mí recibir este premio. Con esta elección, Vanity Fair reconoce un compromiso por transmitir y compartir la literatura y la filosofía como factores de transformación que pueden llegar a combatir el dogmatismo y el fanatismo que inoculan el veneno de la enemistad, la intolerancia y el odio".
Aplaudiendo el valor histórico de Sevilla
Por otro lado, no se olvidó del valor histórico de Sevilla, una ciudad que le encanta, haciendo alusión especial al Alcázar: "También me gustaría hablar de la llama de la esperanza. Veo un destello de ella aquí mismo, en el Real Alcázar donde somos bienvenidos esta noche. El palacio, construido por el Emir Abd al-Rahman III y concedido por Charlotte Camp, es un magnífico ejemplo de la posibilidad de que la civilización fomente el diálogo".