El hermano de la Isabel II se negó a abandonar Royal Lodge, una mansión de Windsor, donde reside desde 2004 el duque de York con su exmujer, Sarah Ferguson y dos perros de Isabel II, que adoptaron tras su fallecimiento. El monarcaquería que su hermano que se mudara a Frogmore Cottage, un hogar más modesto, en el que también vivió el Príncipe Harry y Meghan Markle, antes de mudarse a Estados Unidos.
Carlos III lleva aproximadamente un año pidiendo que se vaya de la lujosa casa, pero ante la negativa, ha dado un ultimátum financiero al Príncipe Andrés. Según informa The Times, una fuente cercana al Rey, ha dicho: "Desafortunadamente, si Andrés se niega a irse dentro de un plazo razonable, entonces el Rey podría verse obligado a reevaluar todo el paquete de apoyo que le proporciona y el duque tendría que financiarlo todo con su dinero: seguridad, alojamiento y estilo de vida, algo que, dadas las sumas involucradas, es muy poco probable que sea posible a largo plazo".
Menos lujos
Sin embargo, según el medio Daily Mail, el Duque insiste en cumplir con los términos del contrato de arrendamiento que firmó en 2003 para estar ahí 75 años, a cambio de encargarse del mantenimiento. Por ello, realizó una reforma de 230 mil euros en el techo, en la que, a pesar de las peligrosas obras, se negó a abandonar la mansión por miedo a ser desalojado. Este hecho hizo que se quedara. No obstante, la prensa inglesa narra que existe posibilidad de que los futuros inquilinos de Royal Lodge sean los Príncipes de Gales y sus tres hijos.