Carlos de Hohenzollern, conocido también como el Príncipe de Hohenzollern, ha sido encontrado muerto tras caer de la azotea de un hotel, un vigésimo primer piso, del hotel Intercontinental de Frankfurt. El noble se encontraba en un permiso de fin de semana al estar en los últimos meses de su condena por un delito de fraude.
Todesdrama um Prinzen: Carlos Prinz von Hohenzollern ist aus dem 21. Stock eines Hotels gestürzthttps://t.co/VyO5lXxT6upic.twitter.com/UvQPv2WC0D
? Kronen Zeitung (@krone_at) 26 de febrero de 2018
Fuentes policiales descartan que la causa de la muerte haya sido un accidente y apuntan más bien a un suicidio, a pesar de no tener antecedentes de tratamientos psicoterapéuticos. Tal y como apuntan los comisarios de la ciudad, el Príncipe pidió previamente un permiso especial y el pasado viernes se dirigió a Frankfurt. No se conocen los motivos por los que se desplazó hasta la ciudad, pero alquiló una habitación y, sobre las 14:40 horas, se precipitó de la azotea del hotel.
Su condena expiraba en julio de este año
Carlos de Hohenzollern estaba finalizando la condena a 4 años de prisión en Renania que estaba cumpliendo tras unas transacciones a fondos de inversión falsas y que causaron daños que casi alcanzan los 9 millones de euros. El aristócrata finalizaba su condena en el mes de julio de este año.
Carlos Patrick Godehard, el verdadero nombre de Hohenzollern, heredó una fortuna tras el fallecimiento de Godehard Friedrich en mayo de 2001. Procedente de una aristocrática familia con siglos de linaje, forman parte de una de las familias más prestigiosas de la realeza alemana. Durante las reuniones sociales en las que apareció, se codeó con Carolina de Mónaco y Gloria von Thurn. Sin embargo, su vida cambió debido a una decisión errónea que cometió, que pudo empujarle a cometer el delito por el que fue encarcelado: se gastó gran parte de su fortuna en crear junto a un socio la compañía Hohenzollern Communications en Hamburgo, que promocionaba marcas de lujo en ciudades como Hamburgo.