Carlos Felipe de Suecia y Sofia Hellqvist se han convertido en la pareja favorita de la Familia Real Sueca. Aunque los herederos esperan un hijo y son queridos, el torbellino provocado tras la boda del hijo mediano de los Reyes y el carisma de la excamarera han provocado que sean ellos los más buscados.
Allí, ambos han mostrado su complicidad, han paseado de la mano y han mostrado la mejor de sus sonrisas. Conscientes de que deben cumplir con toda su agenda, no dudan en entrar en la mina de cobre de Falun, donde siguiendo la tradición, han dejado sus firmas en la pared en la que ya estamparon su nombre otros miembros de la dinastía Bernardotte.
Solidarios con los refugiados
El momento más bonito llegó después, cuando los Príncipes Carlos Felipe y Sofia se desplazaron a un centro de refugiados. Junto con Alemania, Suecia es uno de los países a los que los desplazados por la guerra en Siria e Irak quieren llegar, por lo que el estado escandinavo ha tenido que acoger a un gran número de personas.
Fue ahí donde la pareja dejó para el recuerdo unas hermosas imágenes. Ambos no pararon de jugar con los niños, a los que intentaron divertir y distraer para que olviden por unos minutos los meses tan duros que les ha tocado vivir. Muy maternal, la Princesa Sofia se encariñó con una niña a la que no dejó ni a sol ni a sombra. Quizás se esté preparando para tener sus propios hijos.