Si en la Jarretera la más cariñosa fue Kate Middleton, en Ascot fue más cosa del Príncipe Carlos, Sophie de Wessex y Zara Phillips.
Después de dos años de cancelaciones debido a la pandemia, en 2022 se han ido recuperando las tradiciones. De esto bien sabe la Familia Real Británica, que se alegra de poder volver a celebrar actos como las garden parties, haber podido festejar por todo lo alto el Jubileo de Platino de la Reina Isabel, el Día de la Jarretera o Ascot. De hecho, estos dos actos se han celebrado uno tras otro y han mostrado la cara más alegre de la dinastía.
Tras un Jubileo que tuvo más presencia de Isabel II de la esperada a pesar de su cancelación en el Servicio de Acción de Gracias y que mostró la buena relación entre una parte de los miembros de la Familia Real Británica, la complicidad volvió a verse en la procesión de la Orden de la Jarretera. En concreto, Kate Middleton repartió sonrisas no solo al Príncipe Guillermo, sino también al Príncipe Carlos y Camilla, sus suegros, y a Sophie de Wessex, su tía y una de las royals con las que se mejor se lleva.Así, se pudo ver un despliegue no solo de trajes ceremoniales y de toda la pompa de la Familia Real Británica en la procesión, sino la complicidad que hay entre esta dinastía cuyas relaciones no siempre son fáciles. Esto, unido al debut de Camilla Parker como Dama de la Orden de la Jarretera, lo que provocó que se viera una imagen de la Reina Isabel debido a la ceremonia en la que nombró a la Duquesa de Cornualles como miembro de la orden de caballería más importante de Reino Unido, ayudó a que se olvidara la ausencia del Príncipe Andrés.
El Duque de York es Caballero de la Orden de la Jarretera, un honor concedido por la Reina y que solo ella puede revocar mientras sea la Monarca. Pese a su expulsión definitiva de la Casa Real Británica ni se plantea quitarle este honor, pero sí ha tenido que aceptar que su hijo favorito no estuviera presente en la procesión del Día de la Jarretera. De hecho, aunque se había anunciado su presencia, poco antes del acto se comunicó que causaría baja. Se da por hecho que detrás de esta decisión de última hora estuvo el Príncipe Guillermo, que dio un ultimatum y dijo que o su tío Andrés o él. Lógicamente ganó el Duque de Cambridge y el Duque de York se quedó fuera.De la Jarretera a Ascot
Al día siguiente comenzó Royal Ascot. Volvían después de tres años las carreras de caballos en Ascot en las que las competiciones llegan a quedarse a un segundo lado ante los tocados de las invitadas, nunca por parte de las mujeres de la Familia Real Británica, que siempre apuesta por cierta discreción. Eso sí, las pamelas, los sombreros o los tocados nunca faltan.
De todos modos, no fue eso lo que llamó la atención, ni tampoco la ausencia de la Reina Isabel, algo habitual debido a su avanzada edad y a sus problemas de movilidad, sino al buen rollo que volvió a verse una vez más entre los miembros de la Familia Real Británica. No estuvo Kate Middleton para repartir sonrisas, pero tampoco hizo falta.
Los primeros en llegar fueron Beatriz de York y Edoardo Mapelli Mozzi, a los que se unieron Zara Phillips y Mike Tindall. Las dos primeras se dejaron ver charlando muy cómplices y mostrando que la buena relación de la hija de la Princesa Ana con sus primos Guillermo, Harry y Eugenia tampoco ha llegado a la Princesa Beatriz. Además, a la amazona se le vio muy cariñosa con el Príncipe Carlos, con el que tuvo un gesto de complicidad. El Príncipe Carlos aprovechó para charlar con sus sobrinos Zara Phillips, Beatriz de York y Edo Mapelli, así como con Peter Phillips, que viajó con el heredero y con Camilla Parker en el mismo carruaje.
En otro carruaje viajó la Princesa Ana, mientras que en uno aparte fueron los Duques de Gloucester con el Príncipe Michael y la Princesa Michael de Kent, que también disfrutaron de las carreras al igual que Sophie de Wessex, que por cierto también mostró su cariño a su cuñado, el Príncipe Carlos, con el que se dio un beso y compartió muchas risas durante esta primera jornada de Ascot con el que la Familia Real Británica dejó claro que pese a sus muchas tensiones, también hay mucho afecto y cariño entre ellos.