Mientras el Príncipe Guillermo en Nueva Zelanda, y el Príncipe Harry junto a Kate Middleton en Londres conmemoraban el día en nombre de la Corona, la Monarca estaba haciendo acto de presencia en el funeral de una de sus mejores amigas, Jeanie Herbert, condesa de Carnarvon. Dicha ceremonia se celebró en una de las propiedades de la familia de los Carnarvon, concretamente en el castillo de Highclere, edificio mundialmente conocido por la serie 'Downton Abbey'.
La amistad entre Jeanie, que era diez años menor que la Reina, e Isabel II, se prolongó durante décadas, y dicen los historiadores que ambas tenían una personalidad y una forma de ser muy similar que las hacía ser tan afines. Su amistad era tal que incluso la Reina Isabel II de Inglaterra fue madrina del hijo mayor de la difunta Condesa, George Herbert, al que pudo ver en la ceremonia y al que dio su más sentido pésame.
La importancia de la amistad
La asistencia de la Reina al funeral de su amiga es un hecho relevante por sí mismo ya que normalmente, en los funerales de personajes cercanos a la Familia Real Británica, la Monarca delega su representación. Pero en este caso, que Isabel II acudiese en persona al funeral de Jeanie Herbert en vez de acudir al acto del día de ANZAC, demuestra lo unida que estaba con la difunta Condesa viuda de Carnarvon.