Los Reyes de España han vuelto a pisar suelo estadounidense, y como siempre que van, están encantados. Es fácil que lo estén, ya que es habitual que cuando visitan el país americano tengan recibimientos al más alto nivel y noten el cariño que se les profesa por aquellas tierras.
Don Felipe y Doña Letizia aterrizaron a las 20:10 horas del jueves 14 de junio hora local en el Aeropuerto Internacional Louis Armstrong de Nueva Orleans. Llegaron en un avión de la Fuerza Aérea Española en el que tambien viajaba Josep Borrell, que realiza su primer traslado al extranjero como ministro de Asuntos Exteriores.
Los Reyes fueron recibidos a pie de pista por el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, y la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell. Además, para ambientar el momento, una banda ha interpretado 'When the Saints go marching in' mientras un grupo de bailarines vestidos de carnaval danzaban al son.
La bienvenida a los Reyes en Nueva Orleans se convierte en una fiesta, al ritmo del gospel "Oh when the saints go marching in" pic.twitter.com/nnbQTgeKIN
? FRANCISCO PANIAGUA (@fpaniaguaocr) 15 de junio de 2018
Don Felipe y Doña Letizia han dado comienzo así a un viaje que comienza en Nueva Orleans, pasarán por San Antonio (Texas) y terminará el 19 de junio en Washington, donde serán recibidos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Será este el primer encuentro entre ambos Jefes de Estado, y coincidirá con el cuarto aniversario de reinado de Felipe VI.
Los 3 siglos de Nueva Orleans y San Antonio
Su periplo estadounidense dará comienzo el viernes 15 de junio con una reunión con el gobernador de Luisiana, John B. Edwards. Al término de la misa, se les dispensará una bienvenida oficial en Gallier Hall, donde les entregaron las llaves de la ciudad. Esa misma tarde, visitarán en el Palacio del Cabildo la exposición 'Memorias recobradas. España, Nueva Orleans y el apoyo a la Revolución Norteamericana'. Para cerrar su estancia en Nueva Orleans, los Reyes de España conocerán el Museo de Arte de Nueva Orleans.
Tanto su viaje a Nueva Orleans como su posterior desplazamiento a San Antonio tienen como misión la celebración de los 300 años de las fundaciones de estas ciudades, ambas con lazos muy fuertes con España.