Si el escándalo del Caso Epstein ya había perjudicado indirectamente a la Princesa Beatriz, que el Duque de York haya sido apartado es ya la puntilla.
El Duque de York pensó que conceder una entrevista en televisión para hablar sobre el Caso Epstein podría ser la solución a su grave problema de imagen. Sin embargo, el efecto ha sido todo lo contrario. No solo no fue empático, ni simpático, sino que no convenció a nadie. De hecho, después de haber visto la entrevista que concedió a Emily Maitlis para BBC, las sospechas sobre él por los abusos sexuales que ha denunciado Virginia Giuffre se han intensificado e incluso se enfrentó a la pérdida de apoyos corporativos para Pitch at Palace, iniciativa creada por el Príncipe Andrés para apoyar a los emprendedores. Todo derivó en un comunicado enviado el 20 de noviembre de 2019 en el que el Duque de York anunciaba que se retira de los actos oficiales, lamentaba el dolor que han sufrido y sufren las víctimas de los abusos sexuales de Epstein y se pone a disposición de la justicia para ayudar en la investigación si fuera posible.
Quizás al ver el documental 'Harry&Meghan: An African Journey', el tercer hijo de la Reina Isabel pensó que podía ser una buena idea. Lo cierto es que la decisión se habría tomado tiempo antes e incluso Daily Mail apunta a Sarah Ferguson como la persona que le convenció. Gran error. No el hecho de haber hablado en televisión, sino cómo lo hizo y lo que dijo, o también lo que no dijo. Excusas que no convencen, respuestas vagas y poco o nulo arrepentimiento. Todo ello ha provocado que la imagen del Príncipe Andrés, uno de los royals tradicionalmente peor valorados, haya caído a lo más bajo y haya provocado su salida de los actos oficiales, una vergüenza difícilmente asumible para él y para la Corona, que ha tenido que dejarle caer.Hay grandes perjudicados de forma colateral. Por un lado, la Reina, cuyo reinado se está viendo manchado en sus últimos años. Por otro, el Príncipe Carlos, que ve cómo el hermano con el que peor se lleva está manchando la imagen de la Monarquía que lleva casi toda su vida esperando liderar. Y además, la de sus hijas, y sobre todo la Princesa Beatriz.
La primogénita del Duque de York nunca ha caído especialmente bien. No es carismática, ni tampoco tiene el magnetismo de sus primos Guillermo y Harry o la simpatía de Zara Phillips. Frente a su hermana Eugenia de York, más cercana y entregada a causas sociales y de apariencia más austera, lo sea o no, ella siempre ha sido visto como una royal que ha aprovechado su posición para llevar una vida de lujo sin las contraprestaciones de otros miembros de la Familia Real Británica más allá de la persecución de los paparazzi.Una boda deslucida
El 26 de septiembre de 2019 se anunció su boda con Edoardo Mapelli Mozzi, un empresario de origen italiano con el que comenzó su relación en torno a un año antes y cuyos comienzos también han rodeado el escándalo. Su enlace prometía ser un bálsamo para los York, pero ahora es un auténtico problema y un quebradero de cabeza para la Casa Real Británica, cada vez más harta de lidiar con esta rama de la dinastía Windsor.
Si en su momento hubo quien criticó los fastos de la boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank, que se casaron con toda la pompa en Windsor Castle el 12 de octubre de 2018, peor ha sido con la Princesa Beatriz. Si bien se espera que su enlace sea de perfil bajo y que no se pagaría con dinero público, tras la retirada oficial del Duque de York se pone en duda que ocurra algo que seguramente la Princesa Beatriz desearía: que su padre le lleve al altar. Lo hizo con su hermana Eugenia de York, pero quizás no pueda hacer con su primogénita al darse así una visibilidad que nadie quiere que tenga.
Otra opción es que el enlace tenga un corte más privado, y que sea en Windsor, pero en los terrenos del Royal Lodge, residencia del Duque de York. Quizás podría distribuirse alguna que otra imagen oficial de la pareja, evitando así que aparezca el padre de la novia. Al final, la boda podría quedar totalmente deslucida para disgusto de los contrayentes.
Si por el contrario optan por una boda como la de Eugenia de York y Jack Brooksbank, se corre el riesgo de que la indignación contra el Príncipe Andrés crezca, algo que tampoco interesa. No hay duda de que el enlace entre la Princesa Beatriz y Edoardo Mapelli Mozzi está condicionado por el enorme escándalo del Duque de York, y que a ella le tocará pagar los platos rotos de una u otra forma.