Beatrice Borromeo, la mujer de Pierre Casiraghi, decidió salir a hacer unos recados y unas compras por Milán y la mañana se le torció en tan solo un momento. La joven iba en su coche conduciendo, cuando decidió aparcarlo para entrar en un establecimiento y al llegar a su coche de nuevo ya se le había fastidiado la mañana.
Al entra al vehículo para disponerse a marcharse, la aristócrata italiana se encontró con una furgoneta que había estacionado en doble fila y que la impedía mover su vehículo. Los trabajadores estaban descargando y no podían cambiar el vehículo de sitio en esos momentos.
A la mujer de Casiraghi se le fue torciendo el gesto y no pudo hacer otra cosa que esperar pero con cara de pocos amigos. Tocó la bocina en varias ocasiones pero nada de lo que intentaba resolvía el problema. A la aristócrata se le fue agriando el gesto sentada dentro de su Smart gris que ella sí había aparcado correctamente.
Finalmente, consiguió salir
Después de sus intentos fallidos tocando la bocina en reiteradas ocasiones, la joven llamó a uno de los hombres que estaba descargando la furgoneta y le dijo que si por favor se podían mover para que ella saliera. Y lo consiguió, los trabajadores movieron el vehículo y ella se pudo ir. Eso sí, estaría un buen rato con esa cara de pocos amigos Beatrice Borromeo.