Los primeros en llegar han sido los Middleton. Michael y Carole Middleton han estado acompañados de su hija Pippa Middleton, que ha lucido embarazo pese a haber optado por un vestido camisero azul de Alessandra Rich que no mostraba demasiado su figura de gestante. Pippa llegó junto a su marido, James Matthews. Tampoco se perdió el bautizo el hermano pequeño de la Duquesa de Cambridge, James Matthews.
Cerrado el cortejo real han estado el Príncipe Harry y Meghan Markle. La Duquesa de Sussex ha apostado por un vestido verde de Ralph Lauren con pamela a juego de Stephen Jones. Ellos no eran padrinos, pero sí tíos, por lo que no han podido ni han querido perderse este acontecimiento.
Los que no se han presentado han sido la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo. El Príncipe Felipe está retirado de los actos oficiales y su salud es delicada, mientras que la Reina tiene una semana cargada de actos importantes y ha preferido quedarse descansando. Así, el Príncipe de Gales ha ejercido de jefe de la Familia Real, lo cual ha agradecido.
Las tradiciones continúan
El tercer hijo de los Duques de Cambridge, bautizado como Louis Arthur Charles, ha recibido el sacramento con la réplica que Reina Isabel encargó a su modista, Angela Kelly, para preservar el traje original que todos los bebés de la Familia Real Británica han portado para sus bautizos desde que lo estrenó la Princesa Victoria, primogénita de la Reina Victoria y el Príncipe Alberto, en 1841.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, encargado de bautizar al Príncipe Luis, derramó agua del Jordán sobre su cabeza en la Lily Font, que también fue estrenada por la Princesa Victoria en su bautizo.