A las 11:00 horas comenzaron a llegar los invitados al bautizo. Fueron algo más de 80 entre miembros de la Familia Real Sueca, los padres, las hermanas, la abuela y el cuñado de Sofia Hellqvist, así como amigos de los Duques de Värmland y por supuesto los padrinas y madrinas elegidos por Carlos Felipe y Sofia de Suecia para su hijo Julian. Ellos son Johan Andersson y Stina Andersson, matrimonio muy amigo de la Princesa Sofia, Jacob Högfeldt, amigo del Príncipe Carlos Felipe de sus tiempos en el internado de Lundsberg, Patrick Sommerlath, primo hermano de Carlos Felipe de Suecia al ser hijo de Walter Sommerlath, hermano de la Reina Silvia, y Frida Vesterberg, socia de Sofia Hellqvist en Project Playground.
A las 12:00 horas comenzó el bautizo, al que ya habían llegado la Princesa Magdalena y Chris O'Neill, acompañados por sus hijos, la Princesa Leonor, el Príncipe Nicolás y la Princesa Adrienne, que ya empezó a dar muestras de que en el bautizo no iba a estar precisamente calmado. Por supuesto aparecieron la Princesa Victoria y el Príncipe Daniel con sus hijos Estela y Oscar de Suecia, los Reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, así como los más esperados: Carlos Felipe y Sofia de Suecia con sus hijos mayores, el Príncipe Alejandro y el Príncipe Gabriel, y con el pequeño y protagonista del día, el Príncipe Julian.
Todos estaban felices, pero quien más radiante estaba era la Princesa Sofia, que lució un vestido largo en crudo con flores bordadas y un enorme lazo para recoger su cabello. Fue la Duquesa de Värmland la encargada de llevar en brazos al Príncipe Julian, que a su vez portaba el traje de cristianar con su nombre bordado que utiliza la Familia Real Sueca desde 1906 y que han llevado sus hermanos, su padre, sus tíos, primos y su abuelo antes que él. Otra tradición que ha seguido adelante sea o no sea el bebé Alteza Real. También hubo desfile de la Guardia Real con susto incluido cuando uno de sus miembros se ha desmayado, parece que a consecuencia del calor. Afortunadamente pronto logró recuperarse.
Almuerzo privado en lugar de recepción
La ceremonia, que duró unos 45 minutos, fue oficiada por el obispo Johan Dalman, ayudado por el pastor Michael Bjerkhagen. Durante el servicio religioso, en el que se cantaron los Salmos 289 y 201 y sonó 'Hey brother' de Avicii y la canción 'Little Beautiful You' que le dedicaron Charlotte Runevret y Anders Neglin, se pudo ver la pila bautismal adornada con flores, así como la corona de Federico Adolfo, que se suele utilizar para los bautizos reales. No fue una misa larga, pero no eso no evitó que los principitos más espontáneos mostraran algo de sueño, como el Príncipe Gabriel y la Princesa Adrienne, que protagonizaron los momentos más divertidos. Tampoco estuvo demasiado quieto el Príncipe Alejandro, que se acercó a la pila junto al Príncipe Gabriel para tomar agua para el bautismo de sy hermano. Siguiendo la tradición, el Rey Carlos Gustavo obsequió a su nieto con la Real Orden de los Serafines, al igual que hizo con sus siete nietos mayores. Una vez más, no ha habido diferencias con respecto a los demás pese a la pérdida de posición en la Casa Real Sueca y del tratamiento de Alteza Real.
Al término del bautizo, los invitados salieron para poder ser fotografiados, pudiendo tomarse imágenes del Príncipe Julian con sus padres, hermanos y padrinos, así como una foto con la Familia Real Sueca y los Hellqvist. Posteriormente, los Reyes ofrecieron un almuerzo privado en Drottningholm que sustituyó a la tradicional recepción en honor al príncipe o princesa que se bautiza. No fue por su posición, o mejor dicho por la falta de ella, sino debido a la pandemia que se optó por un formato más reducido para evitar riesgos.