Galería: La Familia Real Griega en imágenes
El Rey Carlos III siempre fue un adelantado a su tiempo que miró hacia delante. Eso no quita para que haya apostado también por el mantenimiento del patrimonio y por preservar aquello del pasado que merece seguir existiendo en el presente y conservarse para el futuro. Y un ejemplo de ello es su apuesta por Tatoi.
El Palacio de Tatoi fue la residencia de la Familia Real Griega hasta su exilio en 1967. El Duque de Edimburgo, nacido Príncipe de Grecia y Dinamarca, nunca vivió allí, sino en Mon Repos, la que fue residencia de verano en la Familia Real Griega. De hecho, vino al mundo en 1921, y en 1922 salió del país heleno para no volver a residir nunca en él. Sin embargo, de alguna manera nunca olvidó sus raíces, y su hijo Carlos, ha querido poner en valor su herencia griega ayudando en todo lo posible.
Tras la visita del Primer Ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, a Windsor Castle, se ha sabido que el Monarca se ha comprometido con la restauración de Tatoi. Ya durante su visita oficial a Grecia en marzo de 2021, poco antes de la muerte del Duque de Edimburgo, aprovechó para acercarse a Tatoi, ya en mal estado y que se degradó todavía más tras los incendios que asolaron el país heleno en verano de 2021. Pese a ello, el empeño personal de Kyriakos Mitsotakis está provocando que la gloria pueda volver a Tatoi en un plan que busca convertir la antigua residencia real en museo y finca eco-friendy en la que se produzcan y se vendan productos locales y ecológicos, algo que por supuesto entusiasma a Carlos III.
La ayuda del Rey Carlos viene a través de Prince's Foundation, que sigue trabajando a pesar de la subida al trono de su fundador, que mantiene esta entidad para que siga con su labor. En concreto, está asesorando a las autoridades griegas sobre cómo efectuar la restauración para que sea un éxito. Como ejemplo está Dumfries House, mansión escocesa comprada por 52 millones de euros por Carlos III en 2007 y que tras su restauración puede ser visitada y es usada como sede de formación profesional para jóvenes.
Tatoi fue el hogar de la Reina Sofía
Tatoi fue comprado por Jorge I de Grecia, el primer rey de los helenos de la dinastía Glücksburg. Lo adquirió como residencia de verano en 1872, pero terminó siendo hogar principal de algunos de los miembros de la Familia Real Griega hasta 1967, cuando Constantino y Ana María de Grecia se exiliaron con sus hijos tras el fracaso del contragolpe ideado para sacar del poder a los Coroneles.
El estado griego terminó reconociendo que Tatoi era propiedad de la Familia Real Griega, por lo que se pagó 13,2 millones de euros al Rey Constantino como indemnización, una cifra inferior a su valor de mercado pero que el último Rey de los Helenos terminó aceptando. La propiedad pasó entonces al Estado, que lo incluyó en el Consejo Central de Monumentos Modernos. En 2019, se decidió que Tatoi debía ser renovado, pero los incendios complicaron un proceso de reforma que ya es irreversible, más todavía con la ayuda proporcionada por Carlos III a través de su fundación.
Fue allí donde vivieron los Reyes Pablo y Federica de Grecia con sus hijos, Sofía, Constantino e Irene de Grecia. De este lugar, la Reina Sofía guarda maravillosos recuerdos de su infancia y juventud. Es además allí donde descansan diversos miembros de la Familia Real Griega, entre ellos Andrés de Grecia y Dinamarca, padre del Duque de Edimburgo, y los progenitores de Doña Sofía.
Cuando la Reina Sofía e Irene de Grecia realizaron una visita a su país en junio de 2021 y se reunieron con el Primer Ministro, Kyriakos Mitsotakis, el mandatario les habló sobre la restauración de Tatoi y les invitó a visitar el recinto en una siguiente visita. Lamentablemente ese mismo verano los incendios dañaron todavía más una propiedad que pese a todo, está renaciendo de sus cenizas poco a poco.