La nieta de la Reina Isabel II tenía claro que sería muy difícil superar, solo cinco meses después, una boda que tuvo en vilo a medio mundo, por eso se ha asegurado de que la suya sea mucho más fastuosa y extraordinaria contratando a Peregrine Armstrong-Jones como wedding planner, el mismo hombre que organizó el que fuera el enlace del año en 1999: el de David y Victoria Beckham.
Así, según ha recogido The Sunday Times, Eugenia de York y Jack Brooksbank tienen pensado alargar la celebración de su boda durante dos intensos días en los que sus 850 invitados no tendrán tiempo de aburrirse: cuando finalicen los actos religiosos, los asistentes disfrutarán de un almuerzo con la Soberana y después serán trasladados al Royal Lodge de Windsor para degustar una cena de etiqueta.
¿Boda o feria?
Varios medios británicos coinciden en que lo gordo llegará al día siguiente, el sábado 13 de octubre, cuando los invitados vuelvan a reunirse en la que fuera residencia de la Reina Madre para pasarlo en grande durante una colosal fiesta en la que no faltará de nada: coches de choque, atracciones, puestos de comida y juegos típicos. ¿El precio de esta desmesurada fiesta? Lo normal si se habla en términos reales, y es que la Princesa Eugenia de York y su futuro marido podrían llegar a desembolsar entre 2,5 y 4,5 millones de euros para dar forma a las colosales nupcias que siempre habían soñado.