El entonces Príncipe Felipe se unió en santo matrimonio con la periodista Letizia Ortiz el 22 de mayo de 2004, un acontecimiento histórico que tanto los invitados como los ciudadanos de a pie esperaron ansiosos. Se trataba de la última boda real en España que a su vez era la primera de un Rey o Príncipe de Asturias en territorio nacional desde el enlace de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg. Por tanto, la seguridad era máxima. Una seguridad que ahora se ha revelado que estuvo cuestionada, según el por entonces Ministro de Defensa José Bono, "habían robado varios ultraligeros, la situación era muy preocupante ".
El Rey Juan Carlos I estaba al tanto de la amenaza pero "el Príncipe Felipe no, era su día", ha revelado el político albaceteño. Si el enlace resultó mágico y perfecto para los españoles y el resto del mundo, la otra cara de la moneda era la de la preocupación y angustia : "Lo que queríamos era que la celebración acabara cuanto antes y los mandatorios extranjeros se fueran pronto", confesaba Bono. Un motivo con peso, ya que al enlace acudieron 1.200 invitados, entre los que se encontraban las autoridades más importantes de España como el actual Rey Emérito o el entonces Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, así como representantes de las monarquías del mundo, como la Reina Máxima de Holanda o la Reina Rania de Jordania.
La felicidad de los novios al ser desconocedores del peligro ocultó este secreto hasta día de hoy, cuando el ministro ha decidido sacarlo a la luz en exclusiva para Vanitatis: "A estas alturas y con el tiempo que ha pasado, lo puedo contar. Se habían establecido unas medidas del espacio aéreo de Madrid para el acontecimiento. Yo, como Ministro de Defensa, recibí una información por parte del Centro Nacional de Inteligencia muy inquietante ". El CNI estaba en alerta máxima y se aseguró de que la información llegase a José Bono, quien actuó junto un equipo de 20.000 agentes y no escatimó en gastos, invirtiendo más de siete millones de euros en la seguridad de la ceremonia y posterior celebración.
El secreto mejor guardado del enlace de los Reyes de España
Bajo el paraguas del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, se activó el máximo nivel de alerta, incluso suspendiendo temporalmente el Tratado de Schengen sobre la libertad de circulación de personas, desde el 16 hasta el 24 de mayo de 2004. Todos los trenes, aviones y vehículos en territorio nacional fueron controlados por los cuerpos de la Guardia Civil y la Policía Nacional: España se blindó para evitar una tragedia en el enlace de los Príncipes de Asturias. Algunos de los conocedores de la amenaza eran el Ministro del Interior José Antonio Alonso, el Jefe del Operativo de Vigilancia Francisco Pardo Piqueras, el Secretario de Estado de Seguridad Antonio Camacho y, finalmente, el Presidente Rodríguez Zapatero.
Un secreto guardado durante años que mantuvo en vilo al Rey Juan Carlos I, quien temió por la seguridad de todos los invitados al enlace de su único hijo varón y heredero al trono de España. La situación se volvió crítica cuando saltaron las alarmas aéreas a las 17:50 horas de la tarde, inmediatamente despegaron desde Cuatro Vientos dos helicópteros con tiradores de élite para proteger la Catedral de la Almudena. Finalmente se trató de una falsa alarma y el día transcurrió según lo esperado, pero la angustia que vivieron los alertados fue máxima.