El Rey Emérito no pudo con la presión al ver publicadas las confesiones de Corinna grabadas por el excomisario Villarejo.
El Rey Juan Carlos atraviesa un momento muy delicado. Su reputación fue destrozándose tras la cacería de Botsuana, la revelación de su relación con Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el Caso Nóos. Todo ello provocó su abdicación, y aunque ha gozado de años de relativa tranquilidad, amenazada con el regreso de informaciones sobre su idilio con Bárbara Rey y Marta Gayá, parecía estar a salvo de escándalos.
Y entonces llegaron las declaraciones bomba de Corinna, unas grabaciones que le dejan en mal lugar y le pueden dar muchos quebraderos de cabeza, y no solo a nivel de imagen. A sus 80 años, a lo largo de 2018 está recibiendo homenajes, y este escándalo puede y debe dejarle al margen de todo honor.Apoyo familiar
Es por eso que como señala Pilar Eyre, al enterarse de las filtraciones, Juan Carlos de Borbón sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que recibir atención médica para pasar este susto y disgusto que amenaza su tranquilidad.
Al menos cuenta con el apoyo de su familia. La Reina Sofía ya le ha perdonado todo, o casi todo, y según Pilar Eyre le apoya. En privado, también tendría el apoyo de sus hijos, por mucho que su conducta, si es verdad lo que dice Corinna zu Sayn-Wittgenstein, sea más que reprochable. Pero como le dijo el Emérito a Corinna cuando le preguntó que por qué no le defendió cuando salió su nombre en el Caso Urdangarin: "La sangre tira".