La Reina Sofía está experimentando un panorama muy distinto al de otros años durante sus vacaciones en Mallorca, y es que más allá de la pandemia del coronavirus lo que más ha desestabilizado a su familia ha sido la decisión que ha tomado el Rey Juan Carlos de marcharse de España para no interrumpir en el reinado de su hijo con sus escándalos por los que ha sido investigado.
Todo parece indicar que este verano está pasando factura a la Reina porque está más sola que nunca. No está el Rey Juan Carlos pero tampoco están ninguno de sus hijos y sus nietos, por lo que la tristeza podría haber invadido el Palacio de Miravent. Y más allá de eso no cuenta con el calor de los habitantes de la isla por las excepcionales circunstancias, por lo que esta nueva normalidad la tendría bastante desanimada.
Por lo pronto, su agenda está vacía y aunque fue vista al principio de su estancia en la isla, lleva más de una semana desaparecida sin hacer ninguna aparición pública. No tiene prevista ninguna cita, pero tampoco sale a pasear como hizo al inicio de sus vacaciones con unos amigos. Además, y según la periodista Pilar Eyre, ha preferido no usar ninguna embarcación para no trasmitir una imagen frívola dadas las circunstancias.
Su estancia ha quedado marcada por la pandemia pero sobre todo por el Rey Juan Carlos, que se ha marchado lejos para estar ajeno a todo. Según El diario de Mallorca, la Reina permanecerá en Marivent hasta que acabe el mes de agosto. La última vez que fue vista fue el 19 de agosto, un día después de que los Reyes Felipe y Letizia abandonaran junto a sus dos hijas la isla.
Cuidando su salud
Quizás sus pocas salidas también se deban por el afán de preservar su salud, porque debido a su edad pertenece al grupo de riesgo que puede contraer el virus con consecuencias fatales. Y esta estancia, aunque más sola que nunca, la ha pasado junto a su hermana Irene, que es su incondicional y su prima tercera y buena amiga Tatiana Radziwill, que ha estado junto a su marido, el doctor Jean Henri Fruchaud.