Las nuevas generaciones de la Familia Real Británica parecen estar dispuestas a romper con esa falta de unión entre sus miembros que sobre todo en los últimos tiempos han transmitido, y que ha tenido como principales protagonistas a los cuatro hijos de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo. Mientras que los Príncipes Carlos, Andrés y Eduardo, así como la Princesa Ana parecen mantener un trato distante y con escasa química (o por lo menos así se refleja públicamente), a pesar de ser hermanos, sus respectivos hijos han decidido no quedarse con los brazos cruzados y ser ellos los que recojan el testigo de la idílica unión familiar.
Y dentro de esa cómplice relación fraternal que se habría esperado en el Heredero y sus hermanos, si hay una pareja que se lleva la palma esa es la formada por las Princesas Beatriz y Eugenia de York, que han destronado al Príncipe Guillermo y Harry como los hermanos mejor avenidos de la familia tras el supuesto distanciamiento de su relación una vez que el Duque de Sussex se casó con Meghan Markle. Las hijas del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson han sido desde muy pequeñas la viva imagen de una perfecta relación entre hermanas, algo que ellas mismas han confesado en numerosas entrevistas y de lo que presumen orgullosas. Pero, ¿cómo son cada una de las hermanas? Y sobre todo, ¿es tan idílica su relación, o por el contrario no es tan fluida?
La Princesa Beatriz de York
Nació en 1988 en la capital británica y ya en aquel momento pasaba a ser uno de los rostros más importantes de la realeza como nieta de la mismísima Isabel II de Inglaterra. De modo que, una criatura de semejante alcurnia no podía tener ni un nombre ni unos padrinos ajenos a la alta sociedad británica. Para empezar a la pequeña, que nada más nacer recibió tratamiento de Princesa, la llamaron Beatriz por la Princesa Beatriz de Battenberg, la hija pequeña de la Reina Victoria, Monarca que dio nombre a la histórica época victoriana de Reino Unido y a su vez madre de la Reina Victoria Eugenia de España. Por otro lado, en cuanto a los padrinos de la Princesa de York, destacó sobre todo el nombramiento de David Armstrong-Jones, el hijo mayor de la Princesa Margarita y por lo tanto sobrino de la Reina Isabel y primo del Príncipe Andrés.
Sus padres pronto quisieron dar a la pequeña ese aire de distinción del que pensaban debía gozar una persona con título como ella y, por ello, quisieron asegurarle la mejor formación. Asistió a la Escuela Upton House o la de Coworth Park, así como cursó toda su formación secundaria en un centro solo para chicas de Ascot denominado St. George. Ahora bien, tener acceso algunos de los mejores y más exclusivos colegios del país no evita estar expuesto a las mismas dificultades que cualquier otro niño pequeño y, como les pasa a muchos de ellos, la Princesa Beatriz de York fue diagnosticada de dislexia y desde entonces ha trabajado mucho para poder corregirla.
Ello no impidió que siguiera formándose y que de hecho acudiera a la Universidad, concretamente a la de Londres, donde se graduó en Historia del Arte en 2011, una noticia que conocimos gracias al fervor de sus padres, quienes no dudaron en compartir la instantánea de su hija el día la graduación. Ahora bien, lo cierto es que nunca ha trabajado realmente en este campo, sino que ha ido encadenando numerosos puestos de los que por otro lado no ha salido muy bien parada. Y es que, son muchas las voces que han criticado el escaso interés mostrado por la Princesa en el mundo laboral tras abandonar puestos que otros muchos soñarían con ocupar y que bien le han valido el mote de "La Princesa ociosa".
Disfruta periódicamente de largos y exclusivos períodos vacacionales a bordo de yates en paradisíacos destinos que le han valido más de una crítica entre los ciudadanos británicos. Quizás sus peculiares y costosos gustos, así como l a falta de compromiso que parece demostrar en el mundo laboral sean las que hayan hecho al Príncipe Carlos renunciar a que su sobrina se convierta en representante de la Casa Real a tiempo completo. El Heredero al trono se negó a que la Princesa pasara a estar a cuenta del Estado, considerando que la mencionada labor ya la cumplen suficientemente bien sus propios hijos, los Príncipes Guillermo y Harry.
Ahora bien, esta no ha sido la única polémica que ha protagonizado Beatriz de York, ya que sus relaciones sentimentales también han sido objeto de críticas. El primer romance que se le conoció públicamente fue con Paolo Liuzzo, un joven apasionado de las fiestas hasta altas horas de la madrugada que fue condenado por el asesinato de otro joven en un campus universitario. Por aquel entonces, el Príncipe Andrés y Sarah Ferguson mostraron todo su apoyo a su hija alegando que podía contar con el apoyo de ambos, pero lo cierto es que la presión pudo con ello y finalmente ambos tomaron caminos separados.
El siguiente hombre en la lista de la Princesa Beatriz fue Dave Clark, por quien todo el mundo apostaba que sería el definitivo para la joven. Estuvieron juntos durante una década, pero de la noche a la mañana lo dejaron y fue entonces cuando surgieron diferentes rumores acerca de la ruptura. Hubo quienes echaron la culpa de la separación a la falta de compromiso de Clark, pero lo cierto es que a los pocos meses de la ruptura el joven sí contrajo matrimonio con otra mujer, un hecho que echaba por tierra la mencionada teoría y que ponía el foco en la nieta de la Reina Isabel.
Desde entonces, a la joven no se le volvía a conocer pareja, algo que de algún modo parecía afectarle ya que su primo Harry y su hermana ya estaban en capilla y ella se convertía en una de las últimas nietas de la monarca a la que todavía el amor no parecía sonreírle. Pero todo eso cambió cuando aterrizó en su vida Edoardo Mapelli Mozzi, un rico empresario italiano. Con él la polémica volvía a la vida de la joven, ya que se habló de que él había comenzado su relación con la Princesa cuando todavía estaba casado con una arquitecta con la que de hecho es padre de un pequeño. Sin embargo, ambos siguieron viviendo su historia ajenos a lo que se decía de ellos y finalmente en 2019 llegaba la noticia más esperada: su compromiso.
Eugenia de York
Nació apenas dos años más tarde que su hermana y esto hizo que siguieran trayectorias escolares muy parecidas desde una corta edad. Su nombre completo es Eugenia Victoria Elena, siendo los dos primeros nombres en honor de la Reina Victoria Eugenia de España, nieta de la Reina Victoria de Reino Unido, así como Victoria por esta última. Acudió a las mismas escuelas que la Princesa Beatriz y de hecho también estudió Historia del Arte, aunque en su caso lo hizo combinado con literatura inglesa en la Universidad de Newcastle.
Ahora bien, en lo que respecta a su vida laboral, cabe destacar que esta ha sido totalmente opuesta a la de su hermana. Trabajó en la prestigiosa casa de subastas Christie's, un mundo que pareció atraparla porque desde entonces no lo ha abandonado. Y es que, tras su paso por la casa británica, cruzó el charco y comenzó a trabajar en Paddle8, otra casa de subastas que más tarde abandonaría para regresar a Londres como Directora de la galería de arte Hauser & Wirth.
Al contrario que su hermana mayor, la Princesa Eugenia no ha sido tan dada a los escándalos públicos, lo que la ubica en una mejor posición con respecto a esta. Tampoco ha sido de romances polémicos, ya que de hecho solo se le ha conocido una relación, en concreto con Jack Brooksbank, la cual ha sido bastante discreta y que solo dio que hablar cuando en 2017 anunciaron oficialmente su compromiso. La boda se celebró en el Castillo de Windsor a finales de ese mismo año y tras ella la hija del Duque de York y Sarah Ferguson perdía su tratamiento "de York" y pasaba a ser referida como Princesa Eugenia, Sra. Brooksbank.
Precisamente el día de su boda la joven dejó al descubierto una cicatriz en la parte superior de su espalda con la que quiso normalizar las secuelas de la operación de escoliosis a la que se sometió cuando solo tenía doce años y de la que ella misma decidió hablar abiertamente. "Es una manera encantadora de honrar a las personas que me cuidaron y una forma de representar a otros jóvenes que también pasan por esto", confesó a ITV en relación a por qué había decidido enseñarla: " Creo que puedes cambiar el concepto de lo que es la belleza y puedes mostrarle a la gente tus cicatrices y creo que es realmente especial luchar por eso".
La relación entre las hijas del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson
Quizás sea la escasa diferencia de edad que hay entre ellas o el hecho de que ambas hayan tenido que aceptar esa secundaria posición en los actos públicos de la Familia Real lo que ha hecho que ambas hermanas se hayan convertido en uña y carne. Ellas mismas se definen como mejores amigas, de la misma forma que se refieren como el mejor apoyo de la otra y eso es algo que, a pesar de las muchos defectos que se han dicho de ellas, la prensa también ha acertado en halagar.
En este sentido, la Princesa Beatriz fue la dama de honor de su hermana en su boda con Jack Brooksbank y también se espera que la Princesa Eugenia lo haga a la inversa. De hecho, por su papel en el enlace, la hija pequeña del Duque de York aprovechó para felicitar a su hermana en el Día de los Hermanos con este divertido mensaje a través de Instagram: "Feliz día nacional del hermano... y a mi hermana mayor, eres la mejor, especialmente cuando me ayudas a meter el vestido en el coche".
Sin embargo, su especial relación va mucho más allá de estos detalles más superficiales. La propia Eugenia de York reveló en una entrevista cómo minutos antes de acudir a un acto, la Princesa Beatriz comenzó a llorar por unas informaciones que habían salido sobre ella en la prensa y que la disgustaron tanto hasta provocarla temblores. Fue entonces cuando su hermana no se separó de su lado y estuvo pendiente de ella en todo momento confesando además que poco después ella misma fue víctima de un ataque semejante y fue su hermana mayor la que permaneció junto a ella.
No cabe duda de que puede que sean la pareja de hermanas con la relación más cómplice del panorama royal. Desde pequeñas han acudido juntas a los actos de la Familia Real Británica, y precisamente puede que lo que haga más especial su trato es que no se ha visto modificado con el paso de los años. A pesar de que hayan crecido y parece que poco a poco cada una toma las decisiones oportunas para construir su vida al margen de la Corona y por separado, de alguna forma siguen manteniendo ese espíritu familiar que ciertos medios echan en falta hoy entre los hijos y nietos de la Reina Isabel II.