Han pasado seis meses desde que Felipe VI fue proclamado Rey de España en el Congreso de los Diputados de Madrid. En su discurso, el primero como Monarca y probablemente el que será el más importante de su vida, apeló a una "Monarquía renovada para un tiempo nuevo". Seis meses más tarde, se puede asegurar que el Rey Felipe ha dado pasos para renovar una Institución que atravesaba la peor crisis de su historia desde la proclamación del Rey Juan Carlos I en 1975.
Don Felipe estrenó su reinado con un despacho con el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, para proseguir ya con la Reina Letizia con una audiencia al colectivo de víctimas del terrorismo. Le siguieron otras audiencias con miembros del Poder Legislativo y Judicial o incluso con representantes del movimiento LGTB, una muestra de la apertura y modernidad que pretende dar a la Institución el nuevo Rey.
Los primeros viajes de presentación
Los viajes de presentación han sido un rasgo importante en estos seis meses de reinado. Se comenzó con los países vecinos, para después proseguir por otros países europeos, aunque al ser ya después del verano se cambió aquello de 'presentación'. El primer destino fue El Vaticano, donde los Reyes se reunieron con el Papa Francisco el 30 de junio, tan solo 11 días después de la proclamación.
Una semana después de su estancia en el pequeño Estado Pontificio, el Monarca y su consorte viajaron a Portugal para encontrarse con las autoridades del país luso, con grandes vínculos tanto con España como con el Rey. El 14 de julio, los Reyes viajaron a Marruecos, donde fueron recibidos con todos los honores por el Rey Mohamed VI y su esposa, la Princesa Salma. El 22 de julio cerraban la primera parte de la gira con una visita a Francia, donde se reunieron en París con el presidente Hollande, con el presidente de la Asamblea Nacional, el del Senado y con el Primer Ministro, el español Manuel Valls, cerrando una visita que fue un triunfo.
Las vacaciones más oficiales en Mallorca
Con la llegada de agosto, los nuevos Reyes y sus hijas viajaron a Mallorca, donde ya estaban la Reina Sofía e Irene de Grecia. Al día siguiente de su llegada, los Reyes de España y las niñas realizaron su tradicional posado de verano, que en esta ocasión tuvo lugar en el Palacio de Marivent, donde la Familia Real no posaba desde el año 2007. Al posado le siguieron audiencias del Rey a las autoridades de Baleares, un despacho con Mariano Rajoy, la entrega de la Copa del Rey de Vela, que Don Felipe entregó tras participar en algunas de las regatas, y la recepción ofrecida por los Reyes y Doña Sofía en el Palacio de la Almudaina a 200 representantes de diversos ámbitos de la sociedad balear. Como colofón, Don Felipe y Doña Letizia se desplazaron con la Princesa Leonor y la Infanta Sofía a la finca 'Raixa', donde realizaron otro posado.
Se acabaron las vacaciones más cortas de los Reyes, que regresaron a Madrid para realizar trabajo de despacho y preparar la intensa agenda que les esperaba en otoño. En septiembre retomaron los compromisos oficiales en Málaga, donde se dieron un baño de masas. Más tarde, ofrecieron una cena de gala al presidente de Panamá, la primera de estas características como Reyes de España.
Viaje a Nueva York
Y fueron siguiendo los actos oficiales, más que cuando eran Príncipes de Asturias al tomar compromisos de sus predecesores. Doña Letizia celebró 42 años, su primer cumpleaños como Reina, poco antes de la vuelta al cole para Doña Leonor y Doña Sofía, que sin embargo no tuvo posado, lo cual extrañó a los medios de comunicación, habida cuenta de la apertura experimentada por el Jefe del Estado y su consorte con respecto a sus hijas desde la proclamación.
A finales de septiembre llegó la puesta de largo definitiva para Don Felipe, que viajó con su mujer a Nueva York para asistir a la Cumbre sobre el Clima 2014 y a la apertura del Debate General del 69º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. En ambos, el Rey dio sendos discursos, y tanto él como la Reina se reunieron con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y fueron agasajados con una cena por el presidente de Estados Unidos y la Primera Dama.
La puesta de largo de Leonor y Sofía
Los días pasaban, y entre acto y acto, Doña Letizia se convirtió en la reina del selfie, pues no paraba de aceptar peticiones de los ciudadanos para hacerse fotos. También se convirtió en máxima el saludar a la gente antes de entrar en un evento, Lo cierto es que desde la proclamación, los Reyes han podido disfrutar de más aplausos y han sufrido menos abucheos que en los meses anteriores, mejorando así la imagen de la Casa Real; sigue habiendo detractores, pero al menos han contentado a otras personas que llevan estos seis meses demostrando su cariño a la pareja real.
Y por fin llegó el Día de la Hispanidad, primera Fiesta Nacional con Don Felipe como Rey de España, y puesta de largo oficial de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, que siguieron con sus padres desde la tribuna real el desfile militar. Después hubo recepción, en la que las niñas no estuvieron, y siguiendo la línea de las anteriores se invitó a diversas personalidades de ámbitos que llegaron hasta la televisión.
Los últimos Premios Príncipe de Asturias
Tras la Hispanidad, la pareja real viajó a Países Bajos para 'presentarse' ante los Reyes de Holanda, con quienes Don Felipe y Doña Letizia tienen una relación muy cercana. El 23 de octubre, los Reyes llegaron a Asturias para los actos de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, los últimos con ese nombre, ya que en 2015 se llamarán Princesa de Asturias en referencia a Doña Leonor, actual titular de la dignidad. Era la segunda visita oficial de Doña Letizia a su tierra como Reina, que ya había estado en verano, pero la primera para el Monarca. En Oviedo, los Reyes presidieron el concierto que precede a la entrega de premios, y al día siguiente presidieron los Premios Príncipe de Asturias con gran emoción. Antes de volver a Madrid, los Reyes otorgaron el Premio al Pueblo Ejemplar a Boal, donde incluso Doña Letizia se puso a lavar con las lugareñas.
De regreso, Doña Letizia inauguró una exposición de Velázquez en Viena en su primer viaje en solitario al extranjero tras la proclamación, donde pronunció un discurso en perfecto inglés. Los Reyes fueron los anfitriones de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, con la que tienen una relación excepcional. Cumplidos sus compromisos en España, la Reina voló sola a su querido Portugal para cerrar el II Congreso Iberoamericano de Enfermedades Raras, donde tuvo la deferencia de dar un discurso en portugués.
Viaje a Luxemburgo y Bélgica
Con la llegada de noviembre volvían los viajes de presentación, o ya solo oficiales debido a que había pasado demasiado tiempo desde la proclamación. Pero antes, los Reyes tuvieron que unirse para un momento my doloroso: presidir en Bullas (Murcia) el funeral por las 14 víctimas del accidente de autobús en Cieza. Tras consolar a los familiares, como debe hacer un Rey, pusieron rumbo a Luxemburgo, donde les esperaba la Familia Ducal. Esa misma noche partieron a Bélgica, donde fueron hospedados por los Reyes Felipe y Matilde, que hicieron de anfitriones para Don Felipe y Doña Letizia en su viaje a este país del Benelux en el que volvió a quedar patente que además de homólgos, los Reyes de España y los de Bélgica son buenos amigos.
La semana siguiente tocó volver a coger un avión, aunque esta vez el destino era Roma, donde realizaron el típico tour de los viajes de presentación con visitas a la Jefatura del Estado, la del Gobierno y a las sedes del poder legislativo. Allí, Don Felipe y Doña Letizia se saltaron levemente el protocolo y fueron paseando por las calles de la capital italiana antes de poner fin a su estancia en italia juntos. Don Felipe se fue, y Doña Letizia se quedó en la Conferencia Internacional sobre Nutrición de la FAO, donde coincidió con el Papa Francisco, con quien se había reunido en su primer viaje oficial como Reina de España el 30 de junio.
Visita a Berlín, regalos limitados y un Goya
Los Reyes retomaron agenda española, que en el caso de Doña Letizia le llevó a Palma de Mallorca, de la que dijo que era una ciudad en la que se encontraba tan bien, haciendo así un guiño al lugar en el que pasa parte de las vacaciones de verano y del que siempre se ha dicho que no era santo de su devoción. Pero la agenda internacional mandaba, y esta vez les llevó a Alemania, donde inauguraron el último mes del año en el que se convirtieron en Reyes. Don Felipe y Doña Letizia se reunieron con las autoridades, entre ellas la canciller Angela Merkel, e incluso el alcalde-presidente de Berlín, Klaus Wowereit, les llevó hasta la puerta de Brandeburgo para que contemplaran el símbolo de la ciudad.
Desde que llegaron de Alemania y hasta que se ha cumplido este medio año, han tenido bastante tranquilidad si se compara con los meses anteriores. Ha destacado el regreso a un acto oficial de la Infanta Elena, que otorgó junto a los Reyes Felipe, Letizia y Sofía los Premios Nacionales del Deporte 2013, la entrega de un Goya extraordinario a los Reyes y la publicación de más detalles sobre en qué se gasta el dinero de la Casa Real.
Además, se ha aprobado un Código de Conducta tanto para los empleados de la Institución como para los miembros de la Familia Real, que no podrán recibir regalos que superen los usos sociales, ni aceptar favores que puedan condicionarles, ni tampoco recibir tratos de favor.
Estas medidas se unen a la anterior dictada por Felipe VI, donde prohibió a los miembros de la Familia Real trabajar fuera de la representación oficial, intentando que en el futuro vuelva a ver casos como el de los Duques de Palma que tanto daño han hecho y todavía hacen a la Casa Real. Ya lo dijo Felipe VI en su primer día de reinado. Lo dicho "Monarquía renovada para un tiempo nuevo".