El pequeño llegaba muy tranquilito en brazos de su padre el Príncipe Guillermo luciendo una réplica del faldón de cristianar con adornos en batista que han lucido todos los niños de la Familia Real inglesa bautizados en los últimos cien años.
Junto a los Príncipes estaba la Duquesa de Cambridge, que volvió a apostar para la especial ocasión -como ya hiciera el día de su boda- por Sarah Burton para Alexander McQueen, optando por un conjunto en color blanco roto con detalles de volantes en la zona del pecho que ha combinado con un tocado de Jane Taylor y unos zapatos de salón en charol de L.K. Bennett.
Tras ellos accedían a la capilla en la que obispo de Canterbury, Justin Welby, ofició la ceremonia de 45 minutos de duración, la Reina Isabel II, el Duque de Edimburgo, el Príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles, el Príncipe Harry y la familia Middleton: Carole y Michael Middleton con sus hijos James y Pippa.
Jorge de Cambridge solo tiene un padrino 'real': Zara Phillips
Antes que toda la Familia Real y los Middleton llegaron los siete padrinos elegidos por el Príncipe Guillermo y Kate Middleton. Entre ellos -algo poco habitual- s olo ha habido un nombre real: el de Zara Phillips, que entró a la capilla cogida de la mano de su marido Mike Tindall y luciendo embarazo con un vestido azul marino.
Los seis padrinos restantes escogidos por los Duques de Cambridge que llegaron junto a la hija de la Princesa Ana y su esposo fueron: Oliver Baker, compañero de universidad de los Duques de Cambridge; Emilia Jardine-Paterson, compañera de Kate Middleton en Marlborough College; el Conde Grosvenor, hijo del Duque de Westminster; Jamie Lowther-Pinkerton, que fue secretario privado de la pareja; y Julia Samuel, íntima amiga de la Princesa de Gales.
De este modo, el matrimonio ha querido que personas anónimas de su entorno apadrinen a su primogénito siguiendo la línea que iniciaron el día de su nacimiento, puesto que quiere que el Príncipe Jorge tenga una infancia y una vida todo lo común posible a pesar de su posición regia.