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Cuando un hombre hereda la Corona se convierte en Rey, mientras que su esposa, si la tiene, es la Reina Consorte. No ocurre lo mismo si es la mujer la que hereda el trono y se convierte en Reina por sí misma. No está establecido que su esposo sea Rey Consorte, si bien en algunos casos, como ocurrió con el marido de la Reina Isabel II de España, se le nombró Rey Consorte. Esto no pasó ni en Reino Unido, donde el Duque de Edimburgo fue elevado a Príncipe de Reino Unido, ni en Dinamarca, donde cuando Margarita de Dinamarca sucedió a su padre y se convirtió en Reina, su marido no fue elevado a Rey Consorte.
Desde su boda con la entonces Princesa Margarita, Henri de Laborde de Monpezat fue nombrado Su Alteza Real el Príncipe Henrik de Dinamarca, igualándose entonces con su esposa. Al morir Federico IX el 14 de enero de 1972, su hija Margarita se convirtió en Reina, lo que no simbolizó ningún cambio para Enrique de Dinamarca, que se quedó como estaba en cuanto al rango. Tampoco obtuvo mayores responsabilidades, y al igual que el Duque de Edimburgo, se fue labrando su propio camino en muchas ocasiones. En su caso, sufrió el no haber tenido precedentes en Dinamarca y no saber muy bien qué hacer con el marido de una Reina.
El Príncipe Enrique nunca lo llevó bien, pero cuando en la recepción de Año Nuevo 2002 la Reina Margarita causó baja y fue sustituida por el Príncipe Federico, Enrique de Dinamarca montó en cólera y así lo hizo saber en una entrevista: "Según mi convicción, una pareja casada debe ser igual, independientemente del papel que la pareja pueda ocupar en la sociedad. Dinamarca podría haberme hecho Príncipe del Reino, Consorte Real, qué sé yo. Es un descuido o tal vez una falta de voluntad. Pero no es el título, lo que es crucial, sino la conciencia de que tengo un papel, una función ", expresó muy dolido.
Ante sus quejas, la Reina Margarita le elevó a Príncipe Consorte para así darle mayor relevancia frente al resto de príncipes de la Casa Real Danesa, con lo que obtenía así un rango como número 2. Esto podría haber calmado al Príncipe Enrique, y de alguna manera lo hizo, pero posteriormente manifestó que seguía sin entender por qué no había sido elevado a Rey Consorte.
Ese dolor le hizo renunciar a ser enterrado en la Catedral de Roskilde junto a la Reina Margarita, como le correspondería como consorte: "La Reina no me respeta. Me convierte en un bufón. No me casé con ella para que me entierren en Roskilde. Como persona debe saber que, si un hombre y una mujer están casados, deben ser iguales. Si quiere que me entierren con ella, que me haga Rey Consorte. Y punto". Esto no ocurrió, así que, a su muerte, acaecida el 13 de febrero de 2018, fue incinerado y sus cenizas fueron repartidas entre el mar y los jardines del Palacio de Fredensborg, la que fue residencia favorita y donde falleció.
No fue realmente consciente
Cinco años después de la muerte de su marido, la Reina Margarita concedió una entrevista a Weekendavisen en la que reconoció haberse equivocado con Enrique de Dinamarca. Lamentó no haber preparado a su esposo para su papel de consorte y siente no haber hecho todo lo posible, algo de lo que se dio cuenta con el tiempo: " No era lo suficientemente consciente de dónde radicaban realmente las dificultades. No lo vi en absoluto", señaló la Reina Margarita echando la vista atrás.
"Un caballero francés de su calibre no debería haber estado tan a la sombra. Así que está claro que no fue fácil, lo veo especialmente en retrospectiva. Pero a mí me tocó ser la primera, la protagonista, así que no pensé lo suficiente en eso. Fui increíblemente ingenua al pensar que algún día Henrik aceptaría su papel ", comentó con dolor Margarita de Dinamarca.