Lady Diana Spencer conquistó el corazón de muchos británicos y de medio mundo cuando se casó con el Príncipe Carlos de Inglaterra aquel 29 de julio de 1981 que queda ya tan lejano. En ese momento se convirtió en Princesa de Gales, y con el tiempo en el miembro más querido y a la vez desdichado de la Familia Real Británica, la más conocida de todas las estirpes regias que existen actualmente.
A lo largo de su corta existencia, Lady Di vivió muchos momentos alegres, sobre todo cuando tuvo a sus dos hijos, el Príncipe Guillermo (1982) y el Príncipe Harry (1984), sin embargo, tuvo que hacer frente a varias tragedias que marcaron un carácter tendente a la tristeza y a la depresión. Lo tenía todo para ser feliz, y terminó siendo una mujer tremendamente desgraciada. Repasamos 5 momentos tristes que marcaron a quien fue la Princesa Diana de Gales.
1 La triste infancia de una lady británica
Nacida como Diana Frances Spencer, Lady Di vino al mundo el 1 de julio de 1961 en Sandringham, Norfolk, cerca precisamente de donde viven en la actualidad su hijo, su nuera y sus nietos Jorge y Carlota. Diana, con tratamiento de Honorable y después de Lady cuando su padre se convirtió en el VIII Conde de Spencer, fue la cuarta hija de los entonces Vizcondes Althorp, John Spencer y Frances Ruth Burke Roche. Aunque era una niña sana, su nacimiento fue una completo decepción para su progenitor, que tras dos hijas y un vástago muerto, necesitaba un varón que heredase su título y la propiedad adosada al mismo. Las machistas leyes heráldicas británicas provocaron la primera tristeza en la vida de Lady Di.
El nacimiento de su hermano Charles en 1964 dio paz a los Spencer, aunque la felicidad no duraría mucho. En 1967, John y Frances Spencer se separaron, obteniendo el divorcio en 1969. Lady Di se trasladó a Knightsbridge (Londres) junto a su madre y su hermano, aunque pronto su padre pidió la custodia y la obtuvo, por lo que Diana tuvo que vivir separada de su madre.
2 Un matrimonio infernal y una familia política complicada
Lady Di se hizo mundialmente conocida cuando se anunció su compromiso con el Príncipe de Gales, que pese a no ser muy agraciado, era uno de los solteros más cotizados de la realeza europea. El 24 de febrero de 1981, cuando Diana no tenía ni 20 años, se anunció su compromiso con el Príncipe Carlos. En ese momento, la aristócrata llevó el anillo de zafiros y brillantes que heredó el Príncipe Guillermo y que regaló a Kate Middleton con motivo de su compromiso en 2010.
Rubia, guapa, tímida, dulce y natural, así se mostró una Lady Di que parecía maleable y manejable para los rígidos Windsor. Parecía una historia de cuento de hadas, pero lo cierto es que Diana Spencer casi fue elegida tras el fiasco que supuso la relación entre Carlos Windsor y Lady Sarah, hermana mayor de Lady Di. Por otro lado estaba Camilla Parker Bowles, a la que había conocido en un partido de polo en 1970 y con la que mantuvo un romance apenas interrumpido por el matrimonio de esta en 1973. Se esperaba que con la aparición de Diana, Carlos dejara a Camilla, pero no fue así.
Tras un enlace de cuento de hadas celebrado el 29 de julio de 1981 que fue catalogada como la boda del siglo, comenzó una vida en común como Príncipes de Gales que no fue nada fácil. De su matrimonio nacieron dos hijos, que fueron casi lo único bueno que vivieron. El Príncipe Guillermo nació el 21 de junio de 1982, mientras que el Príncipe Enrique vino al mundo el 15 de septiembre de 1984. Con ello, Diana cumplió como consorte trayendo descendencia muy pronto. Después del nacimiento de Harry, su matrimonio se resquebrajó totalmente.
Además, le costaba encajar en una Familia Real Británica rígida que no le tenía mucha estima. Al principio tuvo las puertas abiertas, menos en el caso de la Princesa Margarita, a quien no le caía nada bien su sobrina política. La Reina Isabel y el Duque de Edimburgo intentaron poner todo de su parte, pero finalmente el Príncipe Felipe terminó harto de su débil nuera, mientras que la Monarca acabó por retirar todo su apoyo a una Lady Di que se sentía atacada por los Windsor antes incluso de dejar de pertenecer a la Familia Real Británica. Su vida en palacio fue un infierno. En 1992, la pareja se separó, obteniendo el divorcio el 28 de agosto de 1996. Su Alteza Real la Princesa de Gales tuvo que conformarse con ser solo, Diana, Princesa de Gales.
3 Camilla Parker-Bowles, la pesadilla de Lady Di
Un partido de polo y una conversación descarada unieron a Carlos de Inglaterra y Camilla Shand en 1970. Ella le dijo a él: "¿Sabías que mi bisabuela Alicia Kippel fue amante de tu tarabuelo Eduardo VII?". Comenzó así una relación que no pudo traducirse en boda, tanto que incluso ella se casó en 1973 con Andrew Parker Bowles, con el que tuvo dos hijos. Su relación de amantes se mantuvo en el tiempo, pero el Príncipe de Gales necesitaba una esposa y unos hijos, y por eso se buscó a una joven de buena familia que diera pocos problemas. Diana era perfecta. En la noche previa a la boda, Carlos y Camilla estuvieron juntos, despidiéndose, pero lo cierto es que su amor fue más fuerte y siguieron viéndose a escondidas.
Lady Di quizás no se casó enamorada, pero sí ilusionada. Pronto su alegría se tornó en llanto y dolor al entender que el suyo era un matrimonio a tres y que nunca tendría a su esposo solo para ella. Cuando se enteró, Diana montó en cólera, y para sobrellevar su dolor cayó en brazos de otros hombres, se metió en una espiral de autodestrucción y sufrió profundamente. Camilla Parker Bowles le llegó a decir que por qué sufría tanto si los hombres suspiraban con ella. Diana, amargamente respondió que solo quería a su marido. Diana quizás nunca se imaginaría que menos de 8 años después de su muerte, Camilla Parker se casaría con su exmarido y se convirtiría en Duquesa de Cornualles. Al menos no utiliza el título de Princesa de Gales por deferencia a Lady Di y porque los británicos, aunque terminaron aceptando a Camilla, jamás lo hubieran consentido.
4 Bulimia y depresión, los grandes males de Diana de Gales
Lady Di siempre fue una mujer emocionalmente inestable y tendente a la depresión, por lo que su infeliz matrimonio no hizo más que agudizar sus problemas. No tardó en sufrir bulimia, una enfermedad que le hacía evadirse de su desgraciada existencia. Lady Di comía compulsivamente para después vomitar. Sus ojos tristes eran el reflejo de un alma que estaba apagada y llena de amargura con tendencia a la depresión que solo logró ser un poco feliz cuando tomó las riendas de su vida.
Por si fuera poco, terminaron saliendo a la luz varios intentos de suicidio que afortunadamente quedaron en agua de borrajas. A través de Andrew Morton se conocieron las intentonas de Lady Di, a cada cual más dramática. El 1 de enero de 1982 la Princesa Diana se encontraba en Sandringham, donde la Familia Real Británica pasa sus vacaciones de Navidad.
La pareja en medio de una horrible discusión que el Príncipe de Gales cortó diciendo que se iba a montar a caballo. Ella le contestó que si se marchaba se quitaría la vida pese a que llevaba en su vientre a su hijo Guillermo, que nacería cinco meses más tarde. Él no la creyó y se marchó, y Diana se tiró por las escaleras. Afortunadamente ni Lady Di ni el feto sufrieron daños. En otras ocasiones se tiró contra una vitrina o se hizo heridas en el pecho, el muslo o en los brazos. Pese a todo, el peor enemigo de la Princesa de Gales era ella misma.
5 Una muerte trágica y prematura
Diana de Gales perdió su tratamiento de Alteza Real y su posición como miembro de la Familia Real al divorciarse del Príncipe Carlos, aunque siguió manteniendo su residencia en Kensington Palace y un buen sustento que le permitió vivir bien y dedicarse a las labores humanitarias que tan famosa le hicieron en todo el mundo. Su mayor dolor fue que tenía casi siempre lejos a sus dos hijos, un desgarro que sin embargo le mereció la pena tras años de suplicio junto al Heredero al Trono Británico.
Su gran amor una vez separada fue el doctor Hasnat Khan, con el que vivió un romance de dos años que acabó cuando él quiso dejarlo, quizás influido por un acoso mediático que él no podría soportar si se hacía pública su relación. Y entonces conoció a Dodi Al-Fayed, hijo del millonario egipcio Mohamed Al-Fayed. Durante el verano de 1997 vivieron un romance que fue perseguido y documentado por los paparazzi.
Los fotógrafos sabían cómo encontrar a Diana, y si no, ella hacía una conveniente llamada y se exponía. La gente pensaba que era para chinchar a los Mountbatten-Windsor, pero lo cierto es que lo que ella quería era hacer reaccionar a Hasnat Khan. No le dio tiempo a reflexionar, ya que el 30 de agosto de 1997 Lady Di y Dodi cenaron en el Hotel Ritz de París. De allí salieron en un coche que conducía Henry Paul, llevando como guardaespaldas a Trevor Rees-Jones.
Les siguieron hordas de paparazzis que provocaron que el chófer alcanzara una velocidad que le hizo perder el control del vehículo, que chocó contra uno de los pilares del Puente de Alma de la capital francesa. Lady Di falleció de camino al hospital por las heridas sufridas. Tenía 36 años y dejaba atrás una vida amarga en la que jamás conoció la paz.