Los actos por el 80 cumpleaños del Rey Harald y la Reina Sonia de Noruega dieron comienzo el 9 de mayo. La pareja reinante salió al balcón para escuchar el 'cumpleaños feliz' de los ciudadanos que acudieron a la plaza situada junto al Palacio Real de Oslo, y así agasajar y aclamar al Monarca y su consorte.
Posteriormente, salieron a saludar sus hijos, el Príncipe Haakon y la Princesa Marta Luisa, su nuera, la Princesa Mette-Marit, y sus cinco nietos, los Príncipes Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, así como Maud Angelica, Leah Isadora y Emma Tallulah Behn. Las primeras anécdotas llegaron tanto con las presencias, como con las ausencias.
La ausencia destacada fue la de Marius Borg, hijo de la Princesa Mette-Marit. A sus 20 años, el joven estudia en Estados Unidos, y ni él ni su madre consideraron que debía regresar a Noruega para participar en los festejos de los que son para él como sus abuelos. No tiene funciones oficiales porque no puede tenerlas, pero sí solía dejarse ver en actos de corte familiar. No ha sido este el caso. También se echó de menos a Ari Behn, separado desde el verano pasado de la Princesa Marta Luisa.
Royals cómicos y el misterio de la barba
Desde el balcón, fueron tres las anécdotas vividas de la mano de casi toda la Familia Real Noruega. Primero fue Tallulah Behn, hija de Marta Luisa, que salió al balcón casi al tiempo que sus abuelos, que eran los homenajeados, y realizó divertidos gestos. Después, mientras sonaba el cumpleaños feliz, el Príncipe Haakon empezó a bailar moviendo la cabeza, el cuello y dando una vuelta sobre sí mismo; le imitaron Mette-Marit, sus hijos, sus sobrinas y hasta su hermana Marta Luisa, aunque esta última con menos arte.
Por si fuera poco, el hijo pequeño de la pareja heredera, Sverre Magnus, estuvo muy graciosete, y durante el tiempo que pasó en el balcón, en primera fila para más señas, hizo el gesto de la victoria, lo que fue reprendido por su prima, aplaudió con más ímpetu de lo normal, e incluso en un momento dado realizó un 'dab-dance', un movimiento que se ha puesto de moda y que consiste en alargar un brazo, plegar el otro hacia el pecho y bajar la cabeza. Claro, como las cámaras no dejaron de grabar, filmaron la ocurrencia del Príncipe Sverre, que a sus 11 años ya parece ser demasiado inquieto.
Mientras tanto, la que está llamada a reinar algún día, la Princesa Ingrid Alexandra, estuvo en tan segundo plano que casi ni se vio que se encontraba en el balcón, quizás queriendo dejar todo el protagonismo a su hermano y a sus primas. Será que ha salido discreta y no le gustan demasiado estos eventos... no le queda nada.
Son ya varias las comedias montadas por la realeza noruega en tan solo un día de actos, pero el más sorprendente fue cosa de Haakon de Noruega. El heredero salió al balcón con barba, llegó a la cena de gala de esa misma noche con barba, se sentó y tenía barba, y de repente, volvieron a enfocarle y se había afeitado. Por si quedaba alguna duda, al día siguiente en el paseo en barco con todos los royals, no tenía ni un solo pelo en la cara. ¿La razón? Nunca lo sabremos salvo que a Su Alteza Real le apetezca contarlo.