Cada 23 de abril, salvo que caiga en fin de semana, se otorga en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá el Premio Cervantes, el galardón institucional más prestigioso de las letras en español. El encargado de entregarlo es el Rey Felipe VI, siempre acompañado de la Reina Letizia, y así ocurrió en la ceremonia en la que Luis Mateo Díez recibió tamaña distinción en reconocimiento a su brillante y prolífica carrera literaria.
Al día siguiente, Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron un almuerzo en el Palacio Real en honor al escritor leonés al que invitaron también a autoridades, académicos, editores, críticos, profesores, libreros y escritores, reuniendo así a una representación del mundo de las letras para almorzar en la residencia oficial del Rey.
Antes del besamanos, los Reyes compartieron unos minutos con el autor de 'Las estaciones provinciales', con el que estuvieron charlando. Se pudo ver la complicidad del escritor con la Reina, que le saludó con mucho cariño y estuvo muy pendiente de él, al igual que en la ceremonia de entrega del día anterior. Se produjo además un momento anecdótico cuando Doña Letizia se fijó en el que la insignia del académico de la RAE estaba torcida, así que se encargó de ponerla en su sitio.
Posteriormente comenzó el besamanos, por el que pasaron diversas personalidades. Felipe VI se paró con Almeida, al que previsiblemente felicitó por su boda con Teresa Urquijo, sobrina tercera del Rey, así como con Javier Solana. También se vio a los escritores Sergio Vila-Sanjuán, Clara Sánchez, Soledad Puértolas, Juan Gómez Jurado, Ernesto Pérez Zúñiga o Juan Pedro Aparicio, este último leonés, como Luis Mateo Díez. La Reina, que estaba muy habladora y animada, se quedó más tiempo con Jordi Sierra y Fabra, o con Paz Otero, Premio Adonáis de Poesía 2023.
Por el besamanos pasaron además Cristina López Barrio, Premio Azorín 2024, Roberto Santiago, Premio Fernando Lara 2023, así como Alfonso Goizueta y Sonsoles Ónega, finalista y ganadora del Premio Planeta 2023, respectivamente. La presentadora saludó con mucho afecto a los Reyes Felipe y Letizia, con los que tiene muy buena amistad. De hecho, la Reina y Ónega son íntimas. Por otro lado, el autor de 'La sangre del padre' realizó una visible reverencia tanto a Don Felipe como a Doña Letizia. A la Reina la conoció cuando firmó su libro en Madrid, un acto al que la Reina Letizia apareció para mostrar su apoyo a Sonsoles Ónega, que se emocionó al ver allí a su amiga.
No faltó Ángel Martín, que repitió en este almuerzo ante el éxito obtenido por 'Detrás del ruido'. Los Reyes pueden contar con su discreción en este tipo de actos, porque al preguntarle en una entrevista concedida a este medio sobre cómo había sido su experiencia en el almuerzo del año anterior, tiró de humor para no contar nada.
" Nos hacen firmar un papel en el que pone que no puede salir nada de lo que sucede en ese almuerzo. Solo sabemos las personas que estuvimos allí dentro. Lo que sucede en el Palacio Real, se queda en el Palacio Real", bromeó.
No sin mi móvil
Ya con todos sentados en la mesa dispuesta en el comedor de gala del Palacio Real, el Rey Felipe VI concedió un discurso para homenajear a Luis Mateo Díez, donde no dudó en hablar de Celama, esa tierra que inventó para su obra literaria: "Ahí se plasma de manera sublime la invención literaria del escritor.
"Es un lugar en el que confluyen mitos, tradiciones y culturas que nos suscita reflexionar sobre la condición humana. La fantasía de Luis Mateo Díez se hace realidad cuando es asumida por los lectores de todo el mundo, que se apropian de ese espacio y se identifican con él. En ese entorno adquiere especial protagonismo la palabra oral como fuente viva de la memoria, que proviene de la tradición milenaria del filandón leonés ".
Al terminar, cogió la copa, y al ver que todo el mundo seguía sentado, el Rey comentó: "Bueno, pueden ponerse de pie si quieren", lo que provocó las risas de los presentes. Finalizado el brindis, y antes de que sirvieran los platos, un miembro del personal se acercó a Doña Letizia y le entregó su móvil, que parece que le custodiaron durante el besamanos.