No era seguro, pero cabía la posibilidad de que la Casa Principesca de Mónaco distribuyera alguna imagen de la boda de Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, y finalmente así ha sido. En las imágenes se puede ver a los novios, pero apenas se distingue a los invitados.
Los contrayentes aparecen en una imagen en las escaleras del Palacio Grimaldi, lugar en el que se celebró el enlace civil privado ante unos 350 invitados. La pareja formada por Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo es peculiar dentro de la realeza, y así ha sido su vestimenta para darse el 'sí, quiero', al menos en el caso de la empresaria.
La novia eligió un traje de Missoni, una firma en la que confía y a la que está muy unida, pues es íntima amiga de Margherita Missoni. El vestido solo tiene de tradicional el color blanco, pues el resto totalmente diferente al típico traje de novia. El atuendo es largo, tiene escote en uve y las mangas llegan al codo.
Tatiana Santo Domingo llevó sandalias planas y portaba también una corona de flores en el pelo, que lucía suelto y con ondas. Ni rastro de joyas ni tiaras, complementos escogidos para las bodas reales. Por su parte, Andrea Casiraghi está impecable y muy elegante con traje azul y corbata.
En las imágenes oficiales, donde ambos están felices, sonrientes y radiantes, aparece su perra Daphne, pero ni rastro de su hijo Sacha, a quien han preferido preservar. Asimismo, en otra instantánea distribuida se ve a los invitados principales, entre los que están los miembros de la familia Grimaldi.
La discreta boda de Andrea y Tatiana
Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo son marido y mujer desde las 11:45 horas del sábado 31 de agosto, momento en el que contrajeron matrimonio en el Palacio Grimaldi de Mónaco en una ceremonia civil. A ella le siguió un cóctel servido junto a la piscina del Palacio. Posteriormente se celebró una fiesta a la que asistieron los invitados más jóvenes.
La boda real celebrada en Mónaco y que ha unido en matrimonio civil a Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo ha sido muy atípica, tanto que al contrario que otras bodas de miembros de la realeza se ha celebrado en privado.
La razón es que, a pesar de que Andrea Casiraghi se encuentra en la línea de sucesión directa al Trono de Mónaco al carecer el Príncipe Alberto II de hijos legítimos, actualmente no ostenta título ni tratamiento alguno, y por tanto la boda no ha sido considerada un asunto familiar para los Grimaldi.