Mientras algunos miembros de la Familia Real de Mónaco se han dejado ver en varias ocasiones una vez empezó el desconfinamiento o incluso antes de él, otros han sido muy discretos, o mejor dicho discretas, y han permanecido alejados del foco mediático. Se trata de la Princesa Carolina y sus hijas, Carlota Casiraghi y Alexandra de Hannover, que solo reaparecieron para acudir al funeral de Elizabeth Ann de Massy, prima de la Princesa de Hannover, fallecida el 10 de junio de 2020 y que despedida en la Catedral de Mónaco con todos los honores una semana después de su muerte.
Después de afrontar un momento tan difícil y una vez que ha empezado el verano y las restricciones necesarias dictadas para luchar contra la pandemia se han ido relajando, Alexandra de Hannover abandonó Mónaco para pasar unas románticas vacaciones junto a su novio, Ben Sylvester Strautmann.
La pareja viajó a Saint-Tropez, exclusiva localidad de la Costa Azul situada a unos 130 kilómetros del pequeño Principado. Una vez en este lugar que conocen bien fueron vistos mientras daban un paseo con su perro, relajados, tranquilos y sin mascarilla debido a que no había gente a su lado y podían respetar la distancia de seguridad.La hija de Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco llevaba un vestido blanco estampado con limones, un colgante, gafas de sol y un original bolso. Por su parte, Ben Sylvester Strautmann, que era quien llevaba la correa con la que sujetaba a su perro, se vistió con una sencilla camiseta blanca y unos pantalones cortos.
Una relación estable
Alexandra de Hannover mantiene una relación estable con Ben Sylvester Strautmann, alemán de Bad Laer, Baja Sajonia, que se trasladó a Mónaco cuando era pequeño junto a sus padres, de posición acaudalada. Strautmann ha encajado muy bien con los Grimaldi y los Hannover y es muy habitual verle en momentos familiares, aunque esta vez han preferido que la escapada sea para dos.