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Las llamadas princesas de Haga, conocidas así porque se criaron en el palacio real que lleva ese nombre, tuvieron claro que sus aspiraciones a reinar quedaron en agua de borrajas cuando nació su hermano pequeño, Carlos Gustavo. El príncipe se convirtió en heredero al trono tras la trágica muerte de su padre, Gustavo Adolfo de Suecia, fallecido el 26 de enero de 1947 en un accidente de avión cuando su quinto hijo tenía solo 9 meses.
Las Princesas Margarita, Brígida, Désirée y Cristina quedaron relegadas por la Ley Sálica, que coloca al varón por delante de la mujer en la sucesión al trono. En la siguiente generación podría no haber habido cambios, pero el nacimiento de la Princesa Victoria el 14 de julio de 1977 le convirtió en heredera y avivó el debate sobre la necesidad de modificar la Ley para que las mujeres pudieran acceder al trono si son las primogénitas.
En un primer momento, el Rey Carlos XVI Gustavo estaba de acuerdo para asegurar que su descendencia directa reinara en Suecia después de él, pero el embarazo de la Reina Silvia lo cambió todo. El 13 de mayo de 1979, los Reyes se convirtieron en padres de su segundo hijo, y esta vez fue varón. Al nacer, Carl Philip Edmund Bertil pasó a ser heredero al trono por delante de su hermana Victoria, para alegría del Monarca. Sin embargo, ya era tarde para él.
El Sveriges Riksdag (Parlamento), había iniciado los trámites para acabar con la discriminación de la mujer en el acceso al trono, y pese a que el Rey prefería que Carlos Felipe fuera su heredero, en 1980 se aprobó el derecho del primogénito a heredar la Corona sea varón o mujer. Para apuntalar su decisión y volver a contar con la Princesa Victoria como sucesora, se dio luz verde a una enmienda para que ella fuera de nuevo la heredera, enterrando para siempre las esperanzas de Carlos XVI Gustavo de ser relevado en el futuro por su hijo varón.
Tras Victoria habrá otra mujer, ya que el 23 de febrero de 2012 dio a luz a su primogénita, la Princesa Estela. Por su parte, el Príncipe Carlos Felipe creció sabiendo que no sería Rey, y como tal fue educado pese a que su padre ha manifestado que le hubiera gustado que fuera él el Príncipe Heredero. Con el paso del tiempo terminó convenciéndose de que Victoria será una buena reina, aunque le hubiera gustado más que le sucediera un varón, de hecho ha llegado a decir públicamente: "Los ciudadanos suecos también prefieren un rey en el trono".
Lo curioso es que habrá dos reinas seguidas tras él, mientras que si Carlos Felipe hubiera sido su heredero, después de Carlos XVI Gustavo reinaría su vástago mediano, y después de este, otro varón. La razón es el nacimiento del Príncipe Alejandro, primogénito del Duque de Värmland y de su esposa, Sofia Hellqvist. El pequeño vino al mundo el 19 de abril de 2016, y aunque el Jefe del Estado era ya abuelo de cuatro nietos, para él, Alejandro es el más especial al ser un varón hijo de su hijo varón.
El mejor ducado
Además de por ser heredero del que hubiera querido que fuera su heredero y por ser un hombre, Carlos Gustavo ha mostrado su especial cariño hacia el quinto de sus nietos al darle el título. Al nacer, Alexander Erik Hubertus Bertil (su tercer nombre es el cuarto del Rey) su abuelo le otorgó tratamiento de Alteza Real y dignidad de Príncipe de Suecia y Duque de Sodermanland. Así, se igualaba a todos sus primos, que han sido obsequiados con los mismos títulos con la salvedad de que cada uno cuenta con un ducado distinto.
En su caso es el más importante pese a que debería serlo el de la Princesa Estela, que es la que está llamada a reinar y que recibió el ducado de Östergötland. El de Alejandro es el que tradicionalmente han llevado los miembros más importantes de la dinastía reinante en Suecia, un síntoma más del favoritismo de Carlos XVI Gustavo por el niño que le hubiera gustado que fuera el heredero del heredero. No lo es ni lo será, pero por el momento es al que tiene más cerca, ya que Alejandro vive con sus padres y sus abuelos, los Reyes, en el Palacio de Drottningholm.