El Príncipe Alberto II de Mónaco se ha olvidado por unos días sus responsabilidades como Jefe del Estado del pequeño país mediterráneo y ha realizado una escapada con unos amigos a la Costa del Sol.
Concretamente, Su Alteza Serenísima se ha desplazado a la localidad malagueña de Marbella, donde aprovechó su estancia para jugar el golf, pasear por la playa y disfrutar de la compañía de unos amigos en un chiringuito de la ciudad,
El Príncipe se mostró especialmente cariñoso con una morena y una rubia, mientras que no hubo ni rastro de su esposa, la Princesa Charlene de Mónaco, que tras haberse trasladado en varias ocasiones a París para asistir a desfiles y a otros eventos relacionados con la moda, ha preferido quedarse en Palacio.
Los Príncipes de Mónaco, con agendas separadas
De todos modos el Príncipe no desconectó totalmente, pues se le vio hablando por teléfono, quizás con su esposa Charlene, con quien no coincide en público desde que presidieron la gala benéfica para recaudar fondos para Sudáfrica celebrada en Monte-Carlo.
Desde entonces ella se ha dejado ver en París, mientras que Alberto II estuvo solo en la apertura del Tribunal Monegasco y en la Gala of the Polar Foundation celebrada en Bruselas, donde se reunió con los Príncipes Felipe y Matilde de Bélgica.