Rey Alberto II de Bélgica ha dado su último discurso como rey belga antes de que su hijo, el Príncipe Felipe de Bélgica, se ciña la corona del monarca. Sus palabras han sido una llamada al mantenimiento de la unión del país, que ha afrontado numerosos problemas políticos debido a las diferencias entre valones y flamencos.
El deseo principal del soberano ha sido "que Bélgica mantenga su cohesión" añadiendo que está seguro del mantenimiento de la misma, ya que "es vital, no solamente para la calidad de nuestra vida juntos, que necesita el diálogo, sino también para la preservación del bienestar de todos". A su vez, ha constatado que si bien la unión es importante, el mantenimiento de las diferencias es crucial ya que constituye "una riqueza democrática preciosa".
De cara al futuro
Las palabras del rey Alberto II son el preludio de la coronación de su hijo Felipe y su esposa, que tendrá lugar el próximo 21 de julio. Esta será a las 9:30 de la mañana para más tarde presidir el desfile del Día Nacional en la Plaza de Palacio entre las tropas. La salud y la edad son los motivos que justificó el monarca para retirarse de sus funciones, algo para lo que ya no puede entregarse al 100%.
Alberto II cree firmemente en la construcción de una Europa firme diciendo que en muchos ámbitos los desafíos no se pueden afrontar nada más que a nivel europeo, y es a ese nivel que ciertos valores pueden defenderse mejor", considerando esencial el proyecto europeo.