A pesar del mal tiempo y la incesante lluvia, la Familia Real Monegasca cumplió con la tradición instaurada en el Principado de acudir a la procesión de Santa Devota y prender fuego a una barca de pesca en la tarde del 26 de enero.
En esta ocasión estuvieron los Príncipes Alberto y Charlene de Mónaco y las Princesas Carolina y Alexandra de Hannover. De este modo, la regia pareja, que ha disfrutado recientemente de unas vacaciones en el Caribe, quemó la embarcación por un lado, mientras que la heredera de Mónaco y su cuarta hija lo hicieron por el otro.
Esta es la segunda vez que Charlene cumple con esta tradición, pues en 2011 lo hizo como prometida del Príncipe Alberto. Aquella vez también les acompañó Carolina, que pese a ser Princesa de Hannover por su matrimonio con el Príncipe Ernesto, de quien está separada, sigue cumpliendo con diversos compromisos oficiales a los que suele acudir también su hija Alexandra.
El fervor de Mónaco por Santa Devota
La quema de la barca se realiza debido a una leyenda que señala que en el siglo VI, una joven cristiana llamada Devota fue detenida y torturada en Córcega por el Gobernador, que ordenó que se quemase su cuerpo; afortunadamente un grupo de cristianos se hicieron con él y lo enviaron en una barca encaminada a África. La embarcación fue guiada por una paloma y terminó en Mónaco el 26 de enero, y por ello se construyó la iglesia de Santa Devota, lugar en el que Charlene depositó su ramo de novia tras casarse.
Posteriormente un pescador intentó hacerse con las reliquias del templo, por lo que los demás pescadores quemaron su barca para castigarlo, hecho por el cual la Familia Principesca cumple con este cometido, muy importante para los Grimaldi porque Santa Devota es la patrona de Mónaco.