La pandemia ha obligado a todo el mundo a cambiar ciertas costumbres y a renunciar a numerosas actividades. Otras han tenido que adaptarse a los tiempos que ha tocado vivir, aunque han podido seguir adelante. Así, en Mónaco tienen claro que lo primero es protegerse, pero sin tener que cancelar determinadas tradiciones que no suponen un gran riesgo.
Cada 26 de enero se celebra Santa Devota, una celebración en la que los Grimaldi participan quemando la barca en recuerdo a la Patrona de Mónaco. En esta ocasión no hubo grandes festejos y no contaron con la presencia de multitudes, pero sí quisieron mantener esta tradición de quemar la embarcación.
Los cuatro miembros de la dinastía llevaban mascarillas, algo obligatorio en los lugares públicos del pequeño país aunque se esté al aire, al igual que en España. El Príncipe Alberto y sus hijos, el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella, portaron el mismo modelo de mascarilla, que incluye una bandera de Mónaco en un lateral, mientras que la Princesa Charlene llevó otra negra de otro estilo.
Aunque si algo destacó más que las mascarillas fue el estilismo de la Condesa de Carladès, que llevó un look de Dior muy favorecedor, mostrando así el apego que la rama principal de los Grimaldi tiene por esta firma, frente a la pasión de Carolina de Mónaco y su hija Carlota por Chanel.
Cumpliendo con la tradición, Familia Real procedió a quemar la barca de Santa Devota, acto en el que participaron tanto el Príncipe de Mónaco como el Marqués de Baux y la Condesa de Carladès. Mientras tanto, la Princesa de Mónaco optó por contemplar cómo su marido y sus hijos quemaban la barca.
La Princesa Gabriella, que ha ido ganando expresividad y simpatía, se mostró muy emocionada al ver cómo el fuego iba consumiendo la barca de Santa Devota, así como muy cómplice con su hermano Jacques de Mónaco, que se portó tan bien como suele hacer en sus apariciones públicas. Los mellizos tienen una presencia muy habitual que tan solo la pandemia ha hecho menos numerosa. Son un gran activo para los Grimaldi, además de una fuente de felicidad para sus padres, que están completamente enamorados de ellos.