El Monarca disfrutó de un fin de semana esquiando, aunque también se produjo un conflicto con los miembros de su seguridad.
El Rey Felipe VI viajó a Aragón con un doble objetivo. Por un lado, se desplazó al Centro Nacional de Adiestramiento San Gregorio de la Academia General Militar de Zaragoza, donde realizó una visita a la Princesa Leonor, que realizaba maniobras junto a sus compañeros cadete. Por otro, se desplazó hasta Formigal para disfrutar de un fin de semana junto a unos amigos cercanos y realizando una de sus actividades favoritas de invierno, el esquí. Aunque la Reina Letizia no ha acudido a la pequeña escapada, el Monarca ha estado acompañado por un grupo de amigos formado por Pedro López-Quesada, su primo Beltrán Gómez Acebo o Antonio Gericó, el presidente del grupo Aramón.
En un momento de la escapada de Formigal, el pequeño e íntimo grupo de amigos optó por comer en La Glera, uno de los restaurantes que se encuentra en la estación de esquí, a 2000 metros de altitud. Se trata de un restaurante muy exclusivo, que dispone de una pequeña cabaña que se sitúa en la propia estación, y que tiene capacidad únicamente para 18 personas, de esta manera, solo se puede acceder con reserva y una ski ratrack, una máquina pisapistas.Fue precisamente en su llegada a ese restaurante exclusivo en el que se produjo un conflicto con los escoltas del Rey Felipe VI. Según informan varios testigos a Informalia, el equipo de seguridad del Monarca advirtió a los pocos presentes en las instalaciones del restaurante que no podían hacer fotografías: "Si sacáis el móvil os largáis del restaurante", afirman que les dijeron a los allí presentes.
A pesar del comportamiento de sus escoltas, y a diferencia de cómo actuaron ellos con el resto de clientes del restaurante, los presentes durante la comida aseguran que el Rey Felipe VI fue muy agradable en todo momento y se mostró muy cordial: "Él incluso nos saludó cordialmente y nos dijo 'que aproveche'. Después, estuvo charlando y riéndose como cualquier otro grupo", informaron los comensales presentes.Los detalles sobre su escapada
Su llegada se produjo el viernes por la noche, alojándose en el hotel Aragón Hills de la urbanización de Formigal. Esa misma noche salió, con su grupo de amigos íntimos, a cenar a un restaurante en plena plaza de Sallent de Gállego, Casa Martón. Se trata de un pequeño asador en el que pudieron disfrutar de los productos de la tierra, como paté con confitura de tomate, ensalada de helado de tomate rosa Elarte, anchoas y queso de oveja, sin olvidarse de un chuletón acompañado con vino Somontano.
Era al día siguiente, sábado 16 de marzo de 2024, cuando el Monarca se dejaba ver en las pistas de la estación de Formigal desde primera hora de la mañana y muy bien acompañado por su grupo de íntimos amigos. Para disfrutar de una mayor tranquilidad realizando una de las actividades preferidas por el Monarca, el Rey Felipe optó por pasar su fin de semana en un recorrido privado, haciendo fila como si fuera un visitante más y esperando su turno para poder montarse en el telesilla.