La Familia Real Española destaca por su afición al deporte. Ya en tiempos de Alfonso XIII, el Monarca practicaba diariamente gimnasia sueca con algunos de sus hijos. Su nieto, el Rey Juan Carlos, es un fanático de la actividad física que ha logrado que sus descendientes hereden su pasión por la vela y el esquí. Si bien es cierto que ya no puede deslizarse por la nieve debido a su avanzada edad y su delicada salud, sigue sin renunciar a la vela. Tanto la vela como el esquí han sido practicados durante años por los Borbones. Los veranos eran para navegar en aguas de Mallorca, mientras que en los inviernos se les veía esquiar en Baqueira Beret, donde tenían (y tienen) una casa en La Pleta a la que acudían con asiduidad.
Después de hacerse publico el compromiso del entonces Príncipe de Asturias con Letizia Ortiz, la periodista realizó una inmersión en los usos y costumbres de la Familia Real. Así, se pudo ver a la asturiana esquiando, o intentando hacerlo. El gusto que Don Felipe siente por deslizarse por las cumbres nevadas de España o cualquier parte del mundo no caló en Doña Letizia, que tras darse cuenta de que ni le gustaba, ni era obligatorio para ser consorte real, dejó de ir por Baqueira, Candanchú u otros lugares del Pirineo a los que iba Felipe VI. Desde entonces, el Rey sigue esquiando, aunque cada vez menos y con amigos, nunca ya con su esposa.
Letizia lo intentó al entrar en la Familia Real
Atrás han quedado los tiempos en los que la Familia Real al completo se unía para esquiar. Con los matrimonios de las Infantas se les unieron sus maridos, y más tarde sus hijos, sin embargo esos posados son historia tanto por la evidente ruptura pública y privada de los Borbón y Grecia, como por el poco gusto que la Reina Letizia tiene por el esquí, lo cual han heredado sus hijas, que parecen tener la misma 'alergia' por esta disciplina que por la vela.
Por el momento se ha podido ver a Doña Letizia esquiando en 2004 y 2005. Después se quedó embarazada, dio a luz a la Princesa Leonor, después llegó la Infanta Sofía en 2007, y desde entonces no se ha podido tomar una imagen de la consorte con los esquís. Más llamativo es lo de las niñas, a las que jamás se les ha fotografiado esquiando, simple y llanamente porque nunca lo han hecho, salvo que sus padres les hayan llevado a algún rincón exclusivo lejos de España en los que deslizarse ladera abajo, algo poco probable conociendo que a la Reina no le gusta la nieve.
Lo cierto es que la Reina Letizia ha impuesto sus propias normas y no se ha dejado guiar por las costumbres de la Familia Real tomadas por Don Juan Carlos y Doña Sofía desde la restauración de la Monarquía tras el final de la dictadura en el año 1975. Nunca le ha gustado la vela, por lo que no compite, y solo se deja ver por el Náutico de Palma algún día de los alrededor de 7 que pasa en Mallorca en la primera semana de agosto.
Tampoco le seduce esquiar, así que ni se le ha vuelto a pasar por la cabeza ponerse el equipo y tirarse montaña abajo. Aunque jamás ha prohibido a Felipe VI que lo haga, es probable que el hecho de que ni Leonor ni Sofía se hayan animado a esquiar se deba que su madre no aprecie unos deportes que siempre eran una buena ocasión para ver a la Familia Real unida, algo siempre es importante para mantener una buena imagen de cara al país al que representan.