El matrimonio de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin comenzó el 4 de octubre de 1997, fecha en la que se casaron en la Catedral de Barcelona, y termina a partir del 5 de junio de 2023, cuando firmen el divorcio. Pese a que el anuncio de su separación tuvo lugar en enero de 2022, han optado por esperar hasta la mayoría de edad de Irene Urdangarin, lo que simplifica los trámites al no tener que decidir nada sobre la custodia y no tener que pasar por el juzgado.
Paloma García-Pelayo relató en 'El Programa de AR' que son los hijos los que han tenido que estar de acuerdo, y no el Rey Juan Carlos, desmintiendo que su estancia en Vitoria tuviera algo que ver con nada relacionado con el divorcio. Se dijo que su presencia en la capital vasca tras haber pasado por Sanxenxo respondía a su interés en reunirse con alguien del entorno de Urdangarin para el acuerdo de divorcio. La citada periodista lo niega.
"El Rey Juan Carlos I no tiene nada más que decir ni hablar, ni se ha reunido con nadie en su estancia en Vitoria, está todo hablado, él sí influyó en quién sería el abogado que por mutuo acuerdo llevara las dos partes ", manifestó Paloma García-Pelayo, que ha dicho además que la previsión es que Irene Urdangarin estudie fuera de Suiza pese a que se le situaba en el École Hôtelière de Lausanne, donde al parecer se preparaba para entrar.
Como se ha venido diciendo, será Cristina de Borbón la que mantenga a la familia, como hizo desde que el exjugador de balonmano se quedó sin trabajo. " Esto supone una compensación a Iñaki Urdangarin, hay una diferencia clarísima de ingresos entre las dos partes, tiene que equilibrar la situación de la familia".
No va a publicar ningún libro
"Le va a pagar una compensación, una asignación. Me hablan de una ayuda económica para su día a día, para las veces que tiene que estar con sus hijos y viajar. Las cifras publicadas me las desmienten, tanto los 6.000 euros mensuales como lo que se hablaba de pagar su silencio", por lo que tampoco sería cierta que le iba a pasar una pensión de 25.000 euros, como mantenía Galiacho. "Hay una compensación económica o asignación y lo que me ha sido imposible es obtener la cantidad exacta".
En relación a ese pago de 2 millones para no publicar un libro, la colaboradora lo desmiente: " Me dicen que Urdangarin tiene cuatro razones para no escribir nada que haga daño a sus hijos, tiene claro que después de lo que ha pasado y sufrido la familia nunca se planteará escribir algo que les haga daño, no exige nada de dinero ni dos millones de euros".