Para el Príncipe Eduardo no es algo nuevo ejercer como acompañante de la Reina en Trooping the Colour. Ya lo había hecho en 2013, cuando el Duque de Edimburgo estaba ausente debido a una operación. En ese momento se decidió que la Monarca tuviera acompañante y se pensó en una persona de la misma generación que representa a la Corona. De hecho, es un miembro muy activo de la Casa Real Británica a pesar de su lejanía en la línea de sucesión debido a que está detrás de la descendencia del Rey Jorge VI, así como de la rama Gloucester. Desde la retirada del Duque de Edimburgo de los actos oficiales hasta la pandemia hubo dos Trooping the Colour, pero en ese momento no se pensó en la necesidad de un acompañante. En 2021, con la muerte del Príncipe Felipe tan reciente no se ha querido que se vea a la Reina tan sola, teniendo en su primo carnal, primogénito del Príncipe Jorge de Kent y la Princesa Marina de Grecia, su mejor acompañante.
Completamente inmunizada al haber recibido las dos dosis de la vacuna, habiendo dejado el luto atrás y una vez pase Trooping the Colour, la Reina quiere ir incrementando sus compromisos oficiales de forma presencial. Uno de esos planes es reunirse con Joe Biden, el decimocuarto presidente de Estados Unidos que ha visto durante su reinado, de los que se ha reunido con todos menos con Lyndon B. Johnson, además de con Biden, con el que no le ha dado tiempo. El momento sería con ocasión de la cumbre del G-7 que se celebra del 11 al 13 de junio de 2021 en Cornualles. Se espera que se traslade allí y se reúna con Biden, lo que teniendo en cuenta que Trooping the Colour es el 12, tendría lugar el 13 de junio.
Se espera también que además de la Reina Isabel, viajen a Cornualles los restantes miembros principales de la Casa Real Británica, es decir, el Príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles, el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, que junto a la Monarca mostrarían la fuerza de la Corona en esta cumbre de líderes mundiales. La Reina quiere seguir adelante y retomar todo lo posible el número de compromisos que tenía antes de la pandemia. No le faltan ni la energía, ni las ganas.
Un honor rechazado que no fue pedido
Por otro lado, se ha sabido que Isabel II rechazó el plan de Boris Johnson de bautizar al sucesor del Royal Yacht Britannia con el nombre del Príncipe Felipe. El Primer Ministro pensaba que sería un gran homenaje para el consorte que más años sirvió a la Corona. Sin embargo, Buckingham Palace contestó que era demasiado y que no era algo que hubiera pedido, por lo que el Duque de Edimburgo no dará su nombre al sucesor del Britannia, que costará 200 millones de libras y servirá para construir vínculos tras el Brexit. No servirá para vacaciones o lunas de miel de la Familia Real Británica, como el yate que desde 1997 descansa en Edimburgo tras dejar de navegar y que funciona como museo. En su lugar, este buque tendrá usos institucionales, pudiendo ser utilizado por los miembros de la Casa Real Británica para viajes oficiales siempre y cuando sea autorizado por el Gobierno.